En febrero de 2017 se instaló en el Hospital Regional una de las heramientas más potentes para la detección precoz y seguimiento de los procesos oncológicos, el PET-TAC, un robot que realiza de manera simultánea una exploración funcional y morfológica del cuerpo entero y que en su primer año ha hecho cerca de 3.600 estudios.

La puesta en marcha de esta nueva máquina ha supuesto un avance dentro de la sanidad pública malagueña. Y es que, hasta entonces, los pacientes que debían someterse a dicha prueba tenían que trasladarse hasta el Centro de Investigaciones Médico-Sanitarias (CIMES) de la Universidad de Málaga donde cuentan con esta herramienta. Ahora el equipo clínico y nuclear están en las mismas instalaciones -en el hospital Carlos Haya-lo cual facilita la relación entre ambas partes y el paciente no tiene que desplazarse del centro hospitalario.

Previsiones, superadas

La directora de Medicina Nuclear del hospital, Carmen Puentes, afirma que el balance de este primer año es positivo. Cuando comenzó a funcionar se hizo una estimación de unos 2.500 estudios; cifra que han superado con creces y que se mueve entre los 3.500 y 3.600 pacientes en este primer año. Una herramienta que trabaja todo el día en turno de mañana y tarde y por la que pasan diariamente entre 16 y 18 pacientes.

El grueso de su actividad se centra en abordar las enfermedades oncológicas, ya sea para la detección precoz de la misma, dónde hay que realizar la biopsia exáctamente, evaluar cómo está actuando el tratamiento en el paciente, y saber si es necesario hacer alguna modificación, o valorar la recidiva de la enfermedad (recaída). «Ya no se entiende un proceso oncológico sin la utilización del PET-TAC para evaluar la evolución de la enfermedad», explica la directora.

En cuanto a los tipos de tumores que más se estudian con esta herramienta, Puentes asegura que coincide con los que más se dan entre la población malagueña. El calcinoma de pulmón, el colorrectal, el de esófago, el linfoma, el melanoma, el tumor de cabeza o cuello o el calcinoma de mama son los más habituales.

Aunque la actividad diaria del PET-TAC esté centrada en el estudio de los procesos oncológicos, como apunta Puentes, no es el único uso que recibe. También es util para evaluar procesos infecciosos, abordar enfermedades del campo de la neurologñia como puede ser la epilepsia o la detección de alzhéimer, e incluso dentro del ámbito de la cardiología.

Una tecnología que se suma al equipamiento de Medicina Nuclear que tiene la provincia con dos unidades de gestión clínica, una en el Hospital Regional y otra en el Hospital Virgen de la Victoria, que se traduce en cuatro SPECT-TAC y una gammacámara, además de las instalaciones de radiofarmacias y laboratorio para el marcaje de células.

En cuanto al PET-TAC que alberga el CIMES, la directora Carmen Puentes asegura que aún realiza diagnósticos de pacientes pero cada vez de manera más aislada. Solo aquellos que al comenzar su proceso se sometieron a los primeros diagnósticos con dicha máquina, continúan desplazándose allí en caso de necesitar un nuevo diagnóstico.

Los pacientes que se inician en el proceso ya son directamente atendidos en las instalaciones hospitalarias de Carlos Haya. Un servicio que cuenta con una administrativa, un técnico, dos enfermeros y dos facultativos destinados a la vigilancia del estudio a tiempo completo y la elaboración de los informes. Una labor vital para facilitar la información que requiere el equipo clínico y que da preferencia a los pacientes ingresados, después los de primer diagnóstico y, por último, aquellos que se someten a pruebas de control.

En cuanto a las previsiones de cara a este segundo año,la directora de Medicina Nuclear del hospitalasegura que son positivas y no descartan aumentar la cifra de estudios que han logrado en este primer año.