Artistas como Pasión Vega o Esther Arroyo se han sumado a la campaña para hacer más visible la dislexia escribiendo con la mano contraria a la que normalmente usan la etiqueta o hashtag Se llama Dislexia, para experimentar algo de lo que vive a diario un disléxico.

Es una iniciativa de la nueva Asociación Dislexia Málaga, nacida en 2017, que quiere que deje de ser invisible este trastorno neurobiológico que está detrás de «más o menos, un cuarenta por ciento del fracaso escolar , por su falta de diagnóstico», señala Mario Criado, orientador educativo de Infantil y Primaria del Colegio La Goleta y miembro de la asociación.

Mario Criado explica que la dislexia afecta a la lectura y a la escritura. «El disléxico lee con dificultad, se traba, le faltan palabras y eso se traslada a la escritura», por eso el alumnado, y se calcula que un diez por ciento es disléxico, tiene dificultades en clase, «porque el sistema educativo está basado en la escritura y en la lectura».

Cecilia Lamothe, vicepresidenta de la asociación, cuenta que a su hija, que repite segundo de la ESO, le diagnosticaron dislexia en diciembre del año pasado, con 14 años. «Nos encontramos con muchas familias en las que sus niños están etiquetados de vagos, que se distraen, que no quieren estudiar... cuando lo que tienen es dislexia».

La vicepresidenta subraya la desinformación no solo de las familias sino de bastantes colegios, de ahí que la asociación se ofrezca para impartir charlas informativas en los centros de Málaga.

Por este motivo, el orientador educativo subraya la importancia de que esos alumnos tengan «una evaluación temprana para ver sus necesidades».

El siguiente paso es concienciar a los colegios de adaptarse a esos niños con dislexia, «unas adaptaciones que además no son difíciles de hacer».

Mario Criado pone como ejemplos el «trabajar el estudio mediante mapas conceptuales y esquemas, no darles el tema y que se lo estudien como puedan», el que tengan exámenes orales, en lugar de escritos y el que el profesor lea antes del examen las preguntas. Y a la hora de los deberes, «si un profesor manda cinco ejercicios, pues a tal niño se le mandan tres en lugar de cinco». «Es entrenar al niño con diferentes destrezas de estudio y en clase, estar un poquito pendiente de él, para que comprenda el ejercicio que está haciendo», añade.

En muchos casos, resalta, se trata de adaptaciones que pueden dirigirse a toda la clase. Mario Criado destaca que, desde hace unos dos años y medio, algunas de estas iniciativas ya se aplican en el Colegio La Goleta y los alumnos con dislexia mejoran los resultados.

La Asociación Dislexia Málaga, ofrece todos los meses una charla orientativa en el centro social de La Palma-Palmilla a las nuevas familias que se incorporan al colectivo y para septiembre y octubre de este año organizará sendas jornadas sobre la dislexia en el centro comercial Plaza Mayor y en la Diputación.