­El optimismo puede ser un ingrediente para la supervivencia. España responde a algunas cuestiones sobre el impacto de los PGE en Málaga y confía en que superen su periplo parlamentario.

A grandes rasgos, ¿qué puntos destaca usted de estos Presupuestos Generales del Estado?

Estos presupuestos devuelven el esfuerzo a las clases medias trabajadoras. Se apuesta por los funcionarios y se apuesta por los pensionistas, que me parece muy importante. Hay una bajada de impuestos, también. Ayudas a las familias y a los autónomos. Luego, un esfuerzo en los jóvenes, que es algo fundamental. Ahí está el complemento salarial de 430 euros. Destacar, también, los 600 millones de euros para la equipación salarial de la Policía y la Guardia Civil.

¿Cómo se traducen esos aspectos generales en la realidad de la provincia de Málaga?

Estos presupuestos suponen un incremento en el gasto social en la provincia de 114 millones de euros adicionales. La exención del IRPF ha pasado de 12.000 euros a 14.000 euros anuales. La rebaja fiscal alcanzaría a 320.000 trabajadores malagueños. La reducción en el IRPF para agricultores y ganaderos está cuantificada en tres millones de euros. Unos 3.000 nuevos malagueños autónomos se sumarán a la tarifa plana y 8.000 malagueños se beneficiarán de la baja de paternidad que pasa de cinco semanas.

Con unos 140 millones de euros, la provincia queda todavía lejos de antiguos registros. El Gobierno, sin embargo, presume de haber sorteado la crisis. ¿Por qué esa bonanza no se refleja en las cuenta para 2018?

Los momentos en los que Málaga ha tenido mayor inversión presupuestaria se han correspondido con las obras en las grandes infraestructuras. La autopista, el AVE, la segunda pista del aeropuerto... Las grandes inversiones las pone en marcha el PP y las termina el PSOE. En esa época es cuando hay más de 1.000 millones de euros de inversión para la provincia. Nosotros queremos poner en marcha el tren a Marbella. Cuando comiencen esas obras, también habrá grandes cantidades de dinero. Cuando nosotros llegamos al Gobierno, no había nada hecho. El único proyecto era la cárcel de Archidona. Estos son los presupuestos para un Estado y hay que hacer una distribución rigurosa. Yo me plantearía si, llegado el momento de afrontar la obra del tren a Marbella, no haya partida en los presupuestos.

La inversión por habitante ha pasado de 86 a 91 euros por habitante, una de las más bajas a nivel nacional. ¿Es suficiente?

Nunca es suficiente. En general, están recogidas todas las inversiones que se pueden ejecutar. Es absurdo poner una cantidad que luego no se va a utilizar.

Volviendo al tren de Marbella. Hay una partida de seis millones de euros. ¿Para qué es?

Ahora mismo estamos en la fase de los estudios geotécnicos. Una vez que se acaben esos estudios y se resuelvan las posibles alegaciones, saldrá la redacción del proyecto. Esos seis millones son para atender todos los estudios y lo que haga falta.

¿Para cuándo pueden estar terminados esos estudios?

El ministro de Fomento dijo que iba a intentar que saliera información pública antes del verano, pero que lo veía complicado. Yo apuesto para después del verano. Pero insisto, es importante resaltar que nunca se había llegado a los estudios geotécnicos.

¿El tren de Marbella tendrá continuidad en los presupuestos venideros?

Totalmente. Nosotros lo vamos a pelear.

La aportación a los Baños del Carmen se ha reducido de 500.000 a 100.000 euros.

Es que seguimos metidos en el trámite medioambiental. Yo espero que se pueda terminar cuanto antes y licitar el proyecto que sea. Seguramente, será ya para el 2019. El Ministerio, en todo caso, nos ha garantizado su compromiso con los Baños del Carmen. Costas tiene una parte muy genérica. Si hiciera falta, se podrían mover los recursos necesarios.

¿Confía en que el PNV acabe sumando sus votos para aprobar los presupuestos?

Mariano Rajoy va a intentar recabar los apoyos en todo el arco parlamentario. En principio, hay que ser positivos porque se van dando pasos importantes. Primero, nadie pensaba que el Gobierno iba a presentar los presupuestos porque no tenía los apoyos. Es difícil decirle no a unos presupuestos que suponen un incremento de las pensiones del tres por ciento y una subida para los funcionarios.

¿Hasta qué punto influye la situación política en Cataluña?

Influye, claro. Pero no sólo en los presupuestos. En Cataluña, lo que se tiene que formar es un gobierno con alguien al frente que pueda gobernar. Alguien que no esté imputado ni fugado. Sería bueno para España y Cataluña.