Los retrasos y la lentitud en la tramitación del proyecto de peatonalización de la Alameda Principal por parte de los responsables de la Gerencia de Urbanismo han hecho peligrar seriamente su financiación y su ejecución. Para salvar el proyecto por esta «falta de diligencia», en palabras de un concejal del equipo de gobierno, el Ayuntamiento ha tenido que recurrir por la vía rápida a una modificación del presupuesto que asegure la financiación del mismo.

El proyecto para la renovación urbanística de la Alameda principal se aprobó en agosto de 2017 y días después salió a concurso. Antes, en mayo, el alcalde había presentado el proyecto y anunciado que la segunda fase del mismo, cuya ejecución junto con la tercera asume el Ayuntamiento, se iniciaría en octubre o primeros de noviembre. Para ello, el presupuesto municipal de la Gerencia de Urbanismo había consignado 300.000 euros para iniciar los trabajos.

El plazo para que las empresas presentasen sus ofertas a la segunda fase era hasta el 2 de octubre. Los tiempos eran justos pero suficientes para que las obras fuesen adjudicadas y comenzasen antes del 31 de diciembre. No fue así, el gran número de ofertas presentadas y esa «falta de diligencia» de los responsables de la Gerencia de Urbanismo supusieron que se tardara más de cuatro meses y medio en adjudicar las obras de esa segunda fase, a mediados de febrero de este año.

Estos retrasos en las previsiones comprometidas son los que han puesto en peligro el proyecto. Los 300.000 euros consignados en el presupuesto de 2017 tenían que emplearse antes de finalizar el año, de lo contrario se perdían, como así ha sido, al ser un dinero procedente de una transferencia del Ayuntamiento. Más aún, el gasto de esos 300.000 euros permitía asignar una dotación presupuestaria de mayor volumen en las cuentas de 2018. Eso también se perdió.

De esta manera se llegó a un hecho insólito: que las obras fuesen adjudicadas y, sin embargo, no pudiesen arrancar porque no había dinero consignado. Por ello al retraso que ha supuesto los trámites para adjudicar las obras hay que sumar ahora lo que se ha tardado en tramitar y aprobar una modificación del presupuesto para dotar de dinero al proyecto y que este pueda arrancar.

El pasado viernes, el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) publicaba la modificación del presupuesto de 1,8 millones de euros, que se había aprobado previamente en el pleno de febrero. Hasta que la modificación presupuestaria no ha salido en las páginas del BOP las obras de la primera fase, adjudicadas también en febrero, no podían ser contratadas, algo que ya será posible por fin en los próximos días.

Todo ello hace acumular un sensible retraso en las previsiones municipales de esta obra que se considera una de los proyectos estrellas de este mandato municipal. Tal es así que ya se hace muy difícil que el proyecto al completo, esté acabado, como era la previsión, para antes de las elecciones municipales de mayo, de manera que el alcalde, Francisco de la Torre, pudiera lucirlo para esas fechas.

La aspiración política de De la Torre de mostrar la nueva Alameda como su gran logro de cara a las elecciones de mayo de 2019 ha quedado prácticamente frustradas por la flema y la tardanza de los responsables de la Gerencia de Urbanismo.

La cronología anunciada por el Ayuntamiento y la Junta preveía que el proyecto arrancaría con la segunda fase, la correspondiente a la parte central de la Alameda, que debería iniciarse en octubre o noviembre de 2017; la primera fase, correspondiente a la acera norte, a ejecutar por la Junta de Andalucía se estimaba su inicio a finales de 2017. Por último, la tercera fase, que comprendería la acera sur, se estimaba su inicio en mayo de 2018 para finalizar en diciembre de 2018. Todas estas previsiones se han ido al garete, ya que ni la Junta ni el Ayuntamiento han podido iniciar aún ninguno de los tres proyectos.