El Servicio de Criminalidad Informática de la Fiscalía de Málaga, cuyo coordinador es Jacobo Fernández-Llébrez Castaño, investiga actualmente tres procedimientos relacionados con acoso digital que son los que están más en boga en la provincia a lo largo de los últimos meses. Hombres crean perfiles de sus exparejas en redes sociales como Facebook e, incluso, en portales de citas, y publican el nombre de la mujer, una foto de su cara y otras imágenes sugerentes que poseen del tiempo en el que duró la relación. Luego, estas féminas reciben decenas de llamadas de desconocidos, pues también se ha publicado su móvil original en estas redes sociales. Incluso, se hacen pasar por ellas y contestan a los mensajes, explicó el acusador público a La Opinión de Málaga.

Fernández-Llébrez señaló que «se hacen pasar por ellas» y no sólo en redes de citas o contactos, sino también, por ejemplo, en Facebook. «Llegan a poner fotos sugerentes de ellas», señaló el fiscal de Delitos Informáticos, quien destaca que se trata de un delito de descubrimiento y revelación de secretos e injurias, dado que tiene publicidad al publicarse fotos personales, el móvil y la cara de la víctima en esos perfiles falsos, así como el nombre, un ilícito que puede llevar aparejado, precisamente por la proyección pública, hasta los tres años de prisión.

La clave es denunciar

La Fiscalía recomienda, por tanto, y una vez que se detecte este hecho, denunciar que el perfil es falso en la propia red social para que actúe y la elimine lo antes posible y luego acudir a la Policía Nacional para denunciar los hechos. Tanto la policía como la Guardia Civil cuentan con grupos especializados en delitos tecnológicos conformados por expertos informáticos e investigadores capaces de localizar a quien suplantó la identidad de su expareja y poner fin a sus fechorías.

No han entrado casos en Málaga, al menos no en el negociado de Criminalidad Informática, en los que los hombres usen aplicaciones de móvil para controlar a sus exparejas por medio de los terminales telefónicos, señaló, aunque este fenómeno sí se está dando de forma incipiente en algunas zonas del país como Alicante, por ejemplo.

También hay cinco casos ahora mismo en la Fiscalía en los que personas particulares ven cómo se les roban sus cuentas habituales y perfiles en diferentes redes sociales y alguien ajeno a ellos pone mensajes injuriosos o amenazantes, lo que les causa un desprestigio social, algo que se califica como un delito de revelación de secretos.