Francisco Vigo muestra la grieta principal, en la esquina del pequeño campo deportivo de la calle Cigüela, en la barriada de las 720 viviendas. La mano casi cabe en este hueco, que como una falla tectónica dobla la esquina y recorre todo el muro del lateral derecho de la pista deportiva: casi 40 metros de grieta que han provocado ya la inclinación de la parte superior del muro.

Vigo, presidente de la Asociación de Vecinos Palma-Palmilla Un nuevo futuro, ha alertado al Ayuntamiento de este problema, que las lluvias de los últimos meses han agravado.

Su preocupación es grande, porque por delante del muro agrietado hay un paso peatonal y a poco metros, justo enfrente, se encuentra un bloque de viviendas, el número 6 de la calle Cigüela. «Los vecinos están preocupados, sobre todo los del bloque de enfrente. Imagínate el día que ceda este muro, ¿dónde va este bloque? y no me quiero imaginar si pilla a niños jugando arriba o a cualquiera que pase por abajo».

El presidente vecinal informa, en todo caso, de que la junta de distrito conoce el problema y él mismo ha acompañado a un responsable del distrito para que vea el agrietamiento. «Me dijo que ya lo había hablado con la Gerencia de Urbanismo».

El interior del campo, muro aparte, también necesita mejoras: carece de porterías de fútbol pero en uno de los lados subsiste lo poco que queda de una de ellas, una barra oxidada en el suelo. «Hay que quitar ese hierro oxidado y que pongan porterías para que los niños que se caigan no tengan que coger el tétanos», señala.

Plan especial para el barrio

El presidente vecinal aprovecha para reclamar para las 720 viviendas un plan especial para el barrio que coordine las obras municipales que se están haciendo en los últimos tiempos y las que quedan pendientes.

Francisco Vigo recuerda que la mayoría de los bloques están rehabilitados, aunque queda cerca de una docena al otro lado de la avenida de Valle-Inclán, y que el Ayuntamiento está arreglando aceras y eliminando barreras arquitectónicas.

«No tiene sentido que el Ayuntamiento ponga un acerado nuevo, y ya lo han puesto tres veces en los últimos 20 años, y que al lado haya una escalera que tiene 40 años», comenta de una de las calles. El presidente pasa por un rincón con el suelo roto y señala restos de casetones ilegales junto a los bloques, demolidos por Celia Villalobos cuando accedió a la alcaldía.

Francisco Vigo destaca que el mayor problema son las importantes balsas de agua que se forman cuando llueve, «por como se han alterado tantísimas cosas» y pone como ejemplo la desaparición de un jardincito, sustituido por hormigón en pendiente, que hace que el agua baje con fuerza. «Mientras no haya un plan de ordenación lo que hagas no sirve para nada. El Ayuntamiento está haciendo obras de mejora y hace falta tener una barriada homologada en todo», subraya el presidente vecinal.