Raúl Jiménez, concejal de la Carretera de Cádiz, respondió ayer a las quejas vecinales por las deficiencias de las obras municipales del Pasaje Vírgen de Belén. Las obras, cercanas a los 500.000 euros, fueron costeadas en un 32 por ciento por los vecinos y el resto por el Ayuntamiento y finalizaron en 2015.

El concejal anunció la sustitución de las planchas metálicas que sujetan las vallas de la pista polideportiva. Como informó La Opinión, para muchos vecinos ha sido peor el remedio que la enfermedad porque cuando los balones impactan en las planchas el ruido es bastante molesto.

Raúl Jiménez precisó ayer que las chapas formaban parte del proyecto, que contó con el visto bueno de una comisión de vecinos que supervisó las obras. «Ahora estamos haciendo un estudio, fuera del proyecto, para sustituirlas por barrotes metálicos que aunque peguen en ellos un pelotazo, no forman ese estruendo». El edil confirmó además que se están haciendo pruebas, «para ver hasta qué altura podemos colocar los barrotes».

Espacio privado de uso público

El concejal subrayó además que el Pasaje Virgen de Belén continúa siendo un espacio privado de uso público, una situación jurídica que el Ayuntamiento no puede cambiar: «No podemos recepcionar este espacio porque no es una finca registrada como propiedad del Ayuntamiento. No hay una cesión de suelo del Ayuntamiento porque debajo hay un parking privado». Por ello, recalcó que el Consistorio de lo que sí se hace responsable es del mantenimiento.

A otra de las quejas, la presencia de canalones abiertos que se obstruyen y acumulan basura, lo que ha provocado la petición a Limasa de los propietarios del parking de que no se baldee el pasaje, para que la basura no caiga al aparcamiento, señaló que se trató de un cambio de proyecto solicitado por la comisión de vecinos. «No querían hacerse cargo del mantenimiento del canalón si estaba cerrado, fue una elección de los vecinos».

El concejal declaró que si la comunidad del parking lo autoriza, Limasa hará el baldeo del pasaje.

Con respecto a las quejas por las balsas de agua, Raúl Jiménez recordó que tras las obras se abordó el problema con una reforma, «y es cierto que ese asunto debería haber quedado resuelto, es un problema pendiente, aunque la obra ya se liquidó».

El concejal comentó que la experiencia en Virgen de Belén, con varias modificaciones vecinales del proyecto, ha empujado al Ayuntamiento a elaborar un nuevo modelo para estos casos de espacios con aparcamiento privado debajo, en el que el Consistorio costea toda las obras, salvo la tela asfáltica, de cuya compra e instalación se hacen cargo los vecinos, «y la tela tiene una vida de 10 años». El modelo nuevo ya se está aplicando en calle Frigiliana, informó.