La quinta parte de los 103 municipios que hay Málaga carece ya de oficinas bancarias, lo que obliga a sus habitantes a tener que trasladarse a otra localidad para poder realizar sus gestiones de forma presencial, según un estudio publicado ayer por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE. El informe detalla que 21 pequeños municipios malagueños con una población total de 13.292 personas (el 0,8% de los habitantes de la provincia) se han quedado sin ninguna sucursal de entidades financieras después de que el sector haya cerrado desde 2008 el 43% de su parque de oficinas en la provincia en su proceso de reestructuración y reducción de costes. Aunque en el análisis no se detalla las zonas, se trata de municipios situados principalmente en la Serranía de Ronda y en la Axarquía, según informaciones publicadas en diversas ocasiones por este periódico en torno a esta tema.

El análisis, realizado por el director adjunto del IVIE y catedrático de la Universitat de Valencia, Joaquín Maudos, apunta también que la población malagueña sin sucursal bancaria en su propio municipio ha crecido un 39,8% en este tiempo, a pesar de suponer todavía un porcentaje reducido respecto a la cifra total de habitantes. Así, si la estimación en 2008 rondaba las 9.500 personas, el volumen había subido en casi 4.000 en este lapso de tiempo hasta alcanzar los citados 13.292 habitantes.

Por otra parte, IVIE subraya que otros 20 municipios malagueños en los que residen casi 28.500 personas (otro 1,7% de la población) cuenta con una única entidad de depósito que ofrece servicios a través de sucursales.

Algunas voces consultadas en su momento por este medio han indicado que la estrategia de las entidades en localidades de menos de 2.000 habitantes es transformar progresivamente el servicio de oficinas en una estructura de agentes financieros que atiendan la zona allí donde resulte viable y cerrar donde eso tampoco sea posible porque el negocio se vea insuficiente. En algunos casos, la entidad clausura la oficina aunque puede plantearse dejar el servicio de cajero automático.

Datos en España

A nivel nacional, el estudio refleja que un total de 4.114 municipios españoles no disponen ya de oficinas bancarias, lo que supone el 50,7% del total de pueblos del país. Esta exclusión financiera afecta a las 1,26 millones de personas que residen en estas localidades, un 34,2% más que en 2008, justo antes de la crisis y de la reestructuración del sector financiero. En conjunto, estas personas representan el 2,7% de la población española, frente al 2% en el año 2008. Otro 15,8% de municipios (1.281) con 1,4 millones de habitantes (el 3,1% de la población) cuenta con una única entidad con sucursal.

Maudos explicó ayer a este periódico que los bancos, en un contexto de incertidumbre, bajos tipos de interés y escasos márgenes, han tenido que cerrar oficinas «para asegurar la viabilidad del sector», una tendencia que previsiblemente tendrá continuidad. Según datos del Banco de España, en 2017 operaban en el territorio nacional un total de 27.320 oficinas de entidades de depósito, lo que supone un 40% menos que en 2008.

El catedrático afirmó que, pese a todo, España sigue siendo un país con una ratio de oficinas por habitante superior a la media europea (hay una sucursal por cada 1.400 personas, frente a los 2.100 que se registran a nivel comunitario). No obstante, reclamó tanto a las entidades financieras como a las administraciones públicas que implementen medidas para evitar el riesgo de exclusión financiera.

«En el primer caso, el avance de la banca online es la mejor vía, mientras que en el segundo es necesario asegurar que el acceso a internet llegue a toda la geografía española. Los colectivos más afectados por el cierre de oficinas son las personas mayores y con menor cultura financiera», dijo.