El CYD Santa María es un hospital donde llegan los animales enfermos y destrozados tras los actos de violencia del humano. Allí, ni Virginia ni Concordia son magas, no tienen una varita mágica que haga que los caballos se recuperen de un chispazo, pero sí un refugio en el que descansar antes de que el reloj biológico de estos animales llegue a meta.

Trini, tumbada sobre una cama de paja, es una yegua anciana que apenas puede levantase. «¿Sacrificarla? Por ley física los abuelos a menudo tienen que pasar muchas horas en un sofá o una cama y no nos planteamos sacrificarlos», responde Solera.

Este invierno está siendo muy duro para refugio: les han devuelto 15 caballos que fueron cedidos en adopción y las lluvias están creando daños y obligan a cambiar las camas de paja a diario.

Por parte del ayuntamiento no reciben ayuda y eso que, aseguran, la ley de protección animal se lo exige en los primeros diez días después de la acogida. «Esa parte de la ley la llevan incumpliendo con nosotros estos 15 años», asegura Virginia. Por ello, la asociación necesita donaciones: «Puedes convertirte en padrino de un caballo desde 1€», explica la responsable, quien también anima a donar comida. Heno, alfalfa, paja o zanahorias son los productos que más necesitan. Su página web es la siguiente: http://asociacioncydsantamaria.es

Otra forma de colaborar en la asociación es pagar parte de las facturas veterinarias. Además, existe una amplia labor de voluntariado que ayudan sobre todo a devolver al animal la confianza al ser humano.