El nuevo bulevar que conecta la avenida de Plutarco con la de Jorge Luis Borges, una actuación demandada desde hace años por los vecinos de la zona, entró en servicio. Se trata de una importante actuación impulsada por el Ayuntamiento, a través de la Gerencia Municipal de Urbanismo en coordinación con el distrito de Teatinos y el Área de Movilidad, que ha supuesto una inversión de más de tres millones de euros.

Al importe para el desarrollo de la obra, se une también la inversión previa realizada por el Consistorio, a través del IMV, de más de 4,5 millones de euros para las necesarias expropiaciones y para la promoción de viviendas ejecutada y destinada a realojar a dieciséis familias que vivían en este ámbito así como al traslado de un negocio de cordelería existente, todo ello de cara a posibilitar la disposición de dichos suelos para esta prolongación viaria. En suma, la inversión total para poder desarrollar esta importante inversión supera los 7,5 millones de euros, informó ayer el Consistorio en una nota de prensa.

La superficie total de actuación es de 18.760 metros cuadrados: la longitud de la calle es de 405 metros, el ancho medio, de 35 metros; el carril bici tiene 470 metros, se han destinado 2.150 metros cuadrados a zona verde y parque infantil; hay 170 árboles y 1.400 unidades de arbustos, entre otros.

El proyecto ha sido realizado por la UTE conformada por Construcciones Francisco Vera Cruces y Proyectos Técnicos y Obras Civiles. Mediante estas obras se da continuidad a esta avenida, aprovechando de esta forma la capacidad potencial de este eje viario, lo que ayudará a descongestionar la zona. El vial resolverá el problema que tienen los colegios existentes, al tener dificultado el acceso de coches y alumnos, sobre todo en el centro Pintor Denis Belgrano, que no tiene acera de acceso en su entrada sur. Asimismo, se ha creado una nueva zona de juego para los niños.

Las empresas han trabajado con el concepto de bulevar, avenida ancha y arbolada, sin olvidar una de sus funciones fundamentales como distribuidor del tráfico rodado y catalizador del desarrollo del transporte público.

Por ello, se materializó como un espacio muy abierto, con una piel de piezas de gran formato de color gris degradado, que da continuidad y a la vez transición con los pavimentos peatonales que llegan a la nueva avenida y parten de la misma.

Así, se han proyectado dos niveles, adaptándose a las característica topográficas: el superior al norte, que recoge el flujo fundamentalmente peatonal y el inferior, en el que se ha proyectado una sección delimitada externamente por dos acerados peatonales, dos calzadas en las que el carril bus es protagonista y una mediana concebida fundamentalmente para albergar un carril bici, que dará continuidad a los ya existentes.

Planos enlazados

Los dos niveles se enlazan con planos que suavemente llevan de uno a otro, con espacios de encuentro a modo de pequeños ensanches o plazas.

En las zonas de coexistencia de tráfico peatonal y de vehículos, se marca el paso de estos últimos mediante adoquines tipo taco de formato pequeño, delimitando con este cambio de textura el espacio por el que pueden circular los vehículos, teniendo presente el protagonismo absoluto del peatón.