Ante la elevada tasa de incidencia y prevalencia que sufre la sociedad en enfermedades relativas al campo de la Cardiología y la Oncología, el Hospital Universitario Virgen de la Victoria comienza este año uno de los proyectos que le posicionará en la elite de la innovación tecnológica para tratar a los pacientes oncológicos. La construcción de dos búnkeres que albergarán los dos equipos nuevos de tomoterapia; dos armas terapéuticas especializadas en radioterapia de alta precisión que en 2020, con su puesta en marcha, duplicarán el equipamiento actual.

Tecnología de primera que situará al Hospital Clínico como referente en la aplicación de armas terapéuticas para combatir cargas tumorales locales con radioterapia. Cuatro equipos que estarán en funcionamiento en 2020 y que se suman a los tres que tiene en la actualidad el Hospital Regional.

El plan establecido, tras donar la Fundación Amancio Ortega tres equipos a la sanidad pública andaluza, indica que el Clínico deberá tener construidos los búnkeres este año. En 2019, comenzará a funcionar la primera máquina y en 2020 la segunda, año en el que toda la tecnología estará a pleno rendimiento. El tercer equipo donado sustituirá a uno de los dos que ya tienen las instalaciones hospitalarias con 13 años de antigüedad en 2020 y permitirá tener tres equipos nuevos y uno que data de 2009. «Se trata de un salto de calidad muy importante para el paciente», explicó el gerente del centro hospitalario, José Antonio Medina, durante el balance del hospital en 2017, su primer año al frente de este centro.

Duplicar el equipamiento supondrá que de 2.000 primeras visitas que se reciben en consulta y 1.500 pacientes que reciben este tratamiento al año se pasará a 2.500 visitas en consulta y unos 2.000 pacientes al año. En la actualidad, ambas máquinas trabajan en turnos de mañana y tarde (en Europa solo lo hacen en horario de mañana), lo cual permitiría atender a los pacientes de manera más espaciada, hacer un mejor uso de la maquinaria y, sobre todo, aplicar técnicas de mayor precisión que favorecerán al paciente. Una técnica basada en el tratamiento de alta fricción que ya es equivalente a la intervención quirúrgica en algunos casos como el de cáncer de pulmón inicial. «Se puede aplicar con igual seguridad y el coste asociado a la radioterapia es menor que el de un equipo quirúrgico», expuso el gerente.

Ante el desafío que afronta la sanidad pública para soportar el aumento de casos de esta enfermedad que se avecinan en los próximos años, Medina indicó que el diagnóstico rápido y la intervención precoz son claves. Para ello, la inclusión en el próximo mes de mayo de la nueva resonancia ayudará a diagnosticar y precisar el estadio del tumor. «La radioterapia es después de la cirugía lo que más cura», explicó y recordó que en los tumores en estadios iniciales el 60% se cura con cirugía, el 30% con radioterapia y un 10% con quimioterapia. «En los más avanzados se aplican las tres conjuntas», apuntó.

Diagnósticos precoces, fármacos dirigidos a dianas claras, cronificación del cáncer y la aparición de núcleos de tumor no muy grandes, es la evolución que prevé el especialista de la enfermedad. Será en ese último punto en el que se aplique cada vez más la radioterapia de alta fracción. «Las tomoterapia permitirán aplicar técnicas en el futuro, cuando aumenten los pacientes metastásicos con poca carga tumoral».

En cuanto a la hoja de ruta establecida para acondicionar el espacio y poner en marcha los equipos, el gerente explicó que siempre estarán en activo al menos dos aceleradores. «De no ser así tendríamos un problema asistencial importante», matizó. Un equipamiento que irá de la mano del aumento de la plantilla. Solo para cada turno de cada uno de los equipos se requiere de dos técnicos. Es por ello que el gerente indicó que habrá un aumento de personal técnico y de enfermería.

Balance del año

El Clínico cerró el 2017 con 2.400 ingresos más, 2.000 operaciones más y un aumento de 70.000 consultas externas con respecto a 2016. Medina declaró estar «aceptablemente contento», tanto él como su equipo, con las cifras de los 12 primeros meses al frente del hospital, gracias a la implementación de un nuevo modelo organizativo basado en la gestión por procesos. Una forma de trabajo que busca paliar los dos grandes problemas que afronta este centro: la alta demanda asistencial y la estructura que presenta el hospital. Un centro hospitalario que alcanza a una población de un millón de habitantes, si se tienen en cuenta las especialidades que lidera a nivel provincial como oncología o cirugía cardiovascular

La primera incorporación de la gestión por procesos ha sido la relativa a la gestión de camas. Un sistema que se implantará en el resto del hospital y que, su puesta en marcha en la gestión de camas supuso que en torno al 30 por ciento de las altas hospitalarias se produjeron por la mañana (en 2016 solo era del 10 por ciento), según el gerente. Un porcentaje que facilita la subida de pacientes de Urgencias a planta. Asimismo, disminuyeron en torno al 20 y 30 por ciento los pacientes que esperan más de seis horas en Urgencias. Aumentaron los ingresos en 2.467 pacientes (6 por ciento más que en 2016) hasta alcanzar un total de 24.000, aunque la estancia media bajó y en el perfil del paciente aumentó su complejidad.

El apartado relativo a las intervenciones quirúrgicas también ofreció datos positivos. Con 21.936 intervenciones frente a las 19.919 del año anterior, en 2017 se lograron hacer 2.000 intervenciones más. Un aumento como consecuencia del nuevo replanteamiento de la gestión interna al trasladar los quirófanos de Oftalmología al Hospital Marítimo de Torremolinos e incorporar el personal de Traumatología y Cirugía al Clínico. Asimismo, el gerente aseguró que este año, a fecha de 30 de junio, se cumplirán los decretos de garantías para intervenciones quirúrgicas de 120 y 180 días, según el tipo de intervenciones.

Las consultas externas también crecieron, una cifra récord que supuso 70.000 más que en 2016 hasta superar las 658.000 totales. Aumentaron en un 4,5 por ciento las primeras visitas en Atención Primaria y el número de revisiones se sitúa en algo más de 392.000.

Las Urgencias aumentaron en términos generales. Hasta 197.213 atenciones se produjeron entre el servicio del Clínico y el del Valle del Guadalhorce, hospital perteneciente al Virgen de la Victoria. Sin embargo, este nuevo punto de Urgencias hizo que la entrada de pacientes por este servicio en el Clínico solo descendiera un cinco por ciento.

Las pruebas diagnósticas es el último apartado que compone este bloque asistencial. El incremento en un 23 por ciento con respecto a 2016 del rendimiento de los TAC es uno de sus grandes logros en este apartado. Aumentar la actividad de los mismos, así como de las resonancias, a los fines de semana ha sido uno de los motivos que ha propiciado este incremento de la actividad.

La investigación y formación es otro de los capítulos que se ha potenciado en este último año. En 2017 se produjo un aumento del 37 por ciento de los ensayos clínicos y en la actualidad se realizan 25 ensayos clínicos en la Unidad Fase I.

Inversiones

Las obras previstas entre 2017 y 2018 ascienden a un total de 4,57 millones de euros de presupuesto, un trabajo que comenzó el ejercicio pasado con las reformas del Hospital Marítimo de Torremolinos (cubiertas y estructuras) y que sigue con la creación de los dos búnkeres para la maquinaria especializada en radioterapia, o la adaptación del espacio para albergar las dos resonancias, una en el Clínico y otra en el Hospital del Guadalhorce que aún no está activa, entre otras obras.