­El éxito de la operación que ha permitido interceptar en Algeciras el alijo más importante en la historia de nuestro país en cualquier medio de transporte y el mayor de Europa encontrado en un contenedor pasaba necesariamente por Málaga. Desde el puerto de Turbo (noroeste colombiano) al polígono El Viso, las casi nueve toneladas de cocaína colombiana comenzaron su viaje hacia el fracaso en el Golfo de Urabá, cerca de la frontera con Panamá, lugar en el que la droga fue estibada entre bananas en el buque Lucie Schulte con destino a Europa. La Fiscalía colombiana, que ha colaborado en la investigación, aseguró ayer que la droga pertenecía a un grupo vinculado al Clan del Golfo, una organización paramilitar cuyos integrantes forman la mayor red criminal del país.

El barco, de 210 de metros de eslora, 34.400 toneladas de peso y bandera de Singapur, cruzó el Caribe y el Atlántico con un monstruoso polizón de polvo blanco a bordo cuando los investigadores de la Policía Nacional y de la Agencia Tributaria tenían los deberes hechos. El control de las operaciones comerciales entre la empresa expedidora de la mercancía en Colombia y la importadora española puso bajo sospecha tres contenedores que fueron revisados el pasado domingo en el puerto de Algeciras. Los agentes desembalaron 1.080 cajas de plátanos para encontrar un alijo que arrojó un peso de 8.740 kilos de cocaína para pulverizar récords en la guerra contra el narcotráfico en el viejo continente. Los pequeños fardos lucían diferentes sellos y nombres, algunos de ellos de marcas de lujo como iPhone, Philipp Plein o Chanel que los productores imprimen a gusto del cliente, según las fuentes. Aunque los medios colombianos cifran el valor de este alijo en alrededor de 470 millones de euros en el mercado europeo, fuentes cercanas a esta investigación aseguran a La Opinión de Málaga que en el mercado mayorista el lote rondaría los 265 millones, si bien la cifra se doblaría si se calcula con las cantidades que paga en última instancia el consumidor.

Lejos de dar por finalizada la operación, los investigadores pidieron permiso a la Fiscalía Especial Antidroga para prolongarla. El plan era que el envío siguiera su curso y así poder identificar al mayor número posible de implicados en la trama. La entrega vigilada del cargamento llevó a los agentes desde Algeciras hasta una nave de la calle Escritora Carmen Martín Gaite, en el polígono El Viso, donde la empresa Tropical World, creada en septiembre de 2016, tiene su sede social. Nada más llegar el camión con la carga, los agentes detuvieron al conductor y poco después a dos españoles más. La operación en Málaga incluyó tres registros y la intervención de dos vehículos y un camión. Los primeros en caer fueron Aurelio F. M., José Carlos F. A. y Juan José C. H., aunque dos de los miembros a los que la policía acechaba consiguieron huir en coche a toda velocidad hasta Francia. Las autoridades galas, sin embargo, no tardaron en localizar y detener en Lyon al cuarto español, Roberto R. H., y al francés Willian Fracois R. I. Las fuentes consultadas explican que el núcleo de Málaga se hacía cargo de la empresa investigada para introducir la droga, mientras que el lote lo completó un guardia civil de Algeciras que fue arrestado la noche del martes en su casa.

Según la Dirección General de Policía, esta incautación, en la que han participado agentes de los Grupos de Respuesta Especializada contra el Crimen Organizado (Greco) de Málaga, Cádiz y Levante; Udyco Central; Brigada Central de Estupefacientes; y Udyco Valencia, supone la mayor cantidad intervenida en un contenedor en Europa y la mayor de la historia del narcotráfico en nuestro país en todos los medios de transporte, por delante del abordaje de la embarcación Tammsare en alta mar en 1999, donde se incautaron 7,6 toneladas.