Diego Díaz. Las primeras palabras son suyas. Su hermana, Josefa, subida al escenario, visiblemente emocionada, luchando contra las lágrimas, no dejó a ninguno de los asistentes indiferente. Ayer se concedieron varias condecoraciones. Pero la de Diego Díaz, a título póstumo, fue la única reservada a actos heroicos. En los que uno se juega la vida, como fue su caso, y acaba pagando el precio más caro por salvar a los demás. Un arroyo turbio en el municipio sevillano de Guillena le arrancó la suya. No ocurrió durante un acto de fe, más bien de obligado cumplimiento. «Siempre estaba dispuesta a jugarse la vida por los ciudadanos y por su país», recordó su hermana. Ahora, cuando el tormento le llega a los suyos, el consuelo viene de arriba: «Nos está mirando desde el cielo». El aplauso a su persona emigró por toda la provincia y podría describirse como atronador. Así se sintió en el interior de la iglesia parroquial Santiago Apóstol del municipio de Monda, escenario elegido, de los que quedan bien en la foto, para celebrar, un año más, el Día de la Provincia.

Para quien nunca ha estado en Monda, como es el caso de quien suscribe, hay que decir que se trata de un viaje agradable. Si uno elige evitar la autopista, puede disfrutar de un recorrido que se intuye sinuoso si se recorre en bicicleta. En coche, sin embargo, se convierte en una especie de revelación existencial que describe cuáles deben ser los grandes encantos de esta provincia que, ayer, trató de celebrarse a sí misma.

Costa por un lado. Alta montaña por otro. Brisa a mar que se convierte en olor a pino y da sentido a la vida. La diversidad de Málaga es impactante si se pone atención en los tramos que se van dejando atrás. Cártama, luego Coín. A la izquierda, el desvío a Ojén. Modernas infraestructuras se dan la mano con paseos de cabra y sabor a biodegradable. El viaje lo hicimos tres y con mucha antelación por si las moscas. Por la experiencia acumulada en otras aventuras por la provincia, uno ya sabe que es posible llegar antes en avión a Londres que a una moción de censura en Alhaurín si el conductor es el adecuado.

Adelantó por la izquierda un coche blindado de los potentes. Ingeniería alemana y placa verde como sólo saben lucirla los diplomáticos. Por eso lo de resaltar «por la izquierda» no resulta baladí. En el interior, quien sabe si cerrando un acuerdo para el campo de Gibraltar, Simon Manley, el honorable embajador de Gran Bretaña en España. Se adujo a la matrícula verde para iniciar el seguimiento y así se llegó a tiempo, oh milagro, al corazón de la Sierra de las Nieves. Por entonces, Monda ya había sido invadida de forma pacífica por todas las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Desplegada una estampa espléndida, empezaron a llegar los primeros políticos. Elías Bendodo junto a Francisco Sánchez como anfitriones. Juan Carlos Maldonado apurando un café para saludarse después con José Ortiz. Francisco de la Torre y Manuel Barón. José Luis Ruiz Espejo y Miguel Briones, delegado y subdelegado. En general, un mar de concejales y diputados. Fotos de familia por aquí. Hola, cuánto tiempo sin verte por allá. Francisco Conejo y Guzmán Ahumada. Gonzalo Sichar entregando la distinción a Federico Beltrán. Lo más cerca que el de naranja ha estado de la empresa privada en su vida.

Aquella fusión entre diferentes partidos políticos sólo puede salir bien durante el Día de la Provincia. El primero en abandonar fue Regino Hernández en su Mustang GT. Buen coche también. Él se lo ha ganado.