­El diagnóstico diabetes voltea la vida y la pone al revés. ¿Cómo se controla esta enfermedad en un mundo de abundancia? A continuación, una apología al desarrollo de patrones alimentarios.

¿El café, por la mañana, se lo toma con azúcar?

Pues mira, sí. Es el único momento del día en el que tomo azúcar.

Mucha estima no le tiene entonces.

No se trata de estima. Hay que tener un poco de lógica y hablar de patrones alimentarios. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) te dice que no tomes de azúcar más que el cinco por ciento del contenido calórico del día.

Pues hay por ahí algunos que para el desayuno ya abren la primera lata de Coca Cola.

Si es light, se podría aguantar. Si es azucarada, habría que estar en contra.

Ni un minuto y ya ha nombrado a la OMS. Tiene un poco nombre de secta. ¿Dogma de fe?

Bueno, la OMS basa sus recomendaciones en estudios serios. Creo que se le debe hacer caso.

John Yudking, famoso nutricionista británico, describió la azúcar de la siguiente manera: puro, blanco y mortal. Amigos en la industria no hizo. ¿Lo suscribe?

No suscribo las frases lapidarias. Lo que sí suscribo es la educación de la población. El problema del azúcar no es que tomes azúcar conociéndolo, es si no lo conoces. También suscribo que los organismos públicos tomen medidas para reducir los azúcares añadidos.

¿Qué es la diabetes?

Es una enfermedad metabólica en la cual la glucemia, es decir la azúcar en sangre, está elevada de forma crónica. Por eso se llama mellitus (sifón endulzado). La única prueba que había antes para saber si el paciente tenía diabetes pasaba por probar si la orina estaba dulce.

¿Cuántas personas afectadas hay en la provincia de Málaga?

El 15 por ciento de la población en Málaga tiene diabetes. Lo sabemos, exactamente, porque tenemos estudios de prevalencia. En más del 90 por ciento, se trata de diabetes tipo 2.

¿Podemos hablar de epidemia?

Claramente. Además, es una epidemia que va en aumento. Seguimos disminuyendo nuestra actividad física y subiendo nuestro peso.

¿Qué diferencia a la tipo 1 de la de tipo 2?

La tipo 1 es una enfermedad autoinmune. El cuerpo produce defensas contra el páncreas y, desde el inicio, se destruyen las células beta, que son las que producen insulina. Estas personas van a requerir insulina de por vida. Aunque pueda aparecer en cualquier edad, suele ser una enfermedad de niños y jóvenes. La de tipo 2, que por desgracia está aumentando, está relacionada con la obesidad.

Los enfermos de diabetes están gordos, se alimentan mal y, de alguna manera, tienen la culpa de lo que les está pasando. Eso dice el estereotipo. ¿Algo de verdad?

No hay que hablar de culpa sino de responsabilidad colectiva. Vivimos en una sociedad obesogénica. Eso no quita que uno tiene la responsabilidad personal sobre su salud. Pero la sociedad favorece que tengamos tendencia a la obesidad.

¿El mundo nos dicta lo que tenemos que comer? A algunos paneles de publicidad dan ganas de meterle un bocado.

Creo que sí. Y si no hay una adecuada educación nutricional, es difícil sustraerte a las empresas que ofrecen este tipo de alimentos. Por eso luchamos por una vuelta a la alimentación tradicional.

¿La diabetes tiene lobby? Pregunto porque la industria alimentaria, me atrevería a decir que sí.

La industria alimentaria claro que lo tiene. Nos intentan vender productos como saludables cuando no lo son. En los colegios debería haber una asignatura de nutrición.

¿La persona controla a la diabetes o es al revés?

Si la persona controla a la diabetes, el riesgo es bajísimo. Ahora, una persona que no acepta esta enfermedad, lo llevo muy mal.

Alguien con diabetes quiere correr una maratón. ¿Peca de optimista?

En absoluto. Una persona que tiene diabetes, con una buena educación, que sabe como utilizar su infusor de insulina, puede hacer vida normal. Hay personas que han coronado picos de 7.000 metros con diabetes de tipo 1. El límite te lo pones tú.

¿Una cerveza, incluso dos?

Pues claro.

¿Y la sobremesa con copa incluida?

Si hablamos de alcohol, mejor una copa de vino. Una copa de vino al día reduce el riesgo cardiovascular. Ahora, no le recomendaría a alguien con diabetes la copa y el puro.

Pues acaba usted de desmontar media alegría de vivir.

Tampoco le recomendaría la copa y el puro a ninguna otra persona.

Le digo alimentos muy de andar por la calle: una bolsa de gominolas.

No como chucherías e intento que mis niños no las tomen. Con eso está todo dicho.

Una bolsa de patatas fritas con sabor a jamón.

Los productos intrínsecamente no saludables deberían estar grabados con un impuesto.

¿Plantea un examen a conciencia de lo que llega a nuestros platos?

Claro que sí. Hay que saber con qué grasa se cocina y hay que saber leer las etiquetas. Necesitamos tener patrones alimentarios saludables. Un patrón alimentario adecuado hace que te mueras menos.

Las estanterías están ahora llenas de productos light. ¿Nos están vendiendo crecepelo?

Muchas veces, sí. Es verdad que la legislación exige que ese producto tenga menos calorías. Eso lo van a cumplir. Pero, a lo mejor, ese producto está hecho con grasa de palma y tiene mucha sal.

¿Habría que empezar a racionar la comida como en la guerra? La sobreabundancia viene a ser una cosa de ayer, prácticamente.

Al menos, nuestros padres no tenían diabetes ni obesidad. Esto son enfermedades del siglo XX. Ahora, para cenar, hasta te traen la pizza a la casa. Por favor, al menos haga el favor de ir a por ella.

¿Cómo ha evolucionado la diabetes en los niños en estos años?

Está empezando a aparecer diabetes de tipo 2 en niños. Eso antes no existía. Y eso es por la obesidad. Hay predicciones que dicen que lo normal va a ser tener sobrepeso.

¿Qué piensa cuando ve a un niño en el patio del colegio comiéndose un donut?

Pienso que no están bien educados y tenemos que cambiar esa cultura. Hay que repetirlo muchas veces. La bollería tiene mucha azúcar, está hecha con grasas que no son saludables. Lo único que tienen es calorías que no aportan nada.

¿Prohibiría la bollería?

Quitarlos de las máquinas de vending, sí. No puedes prohibir, pero sí educar.

¿El azúcar puede provocar una adicción como la droga?

Hay estudios que confirman similitudes. Pero, más allá, el azúcar no aporta ningún beneficio.

¿Es más barato alimentarse mal que alimentarse sano?

Más que barato, fácil. Comer mal es muy fácil. Luego está el componente educacional. En Málaga, las personas que no tienen estudios tienen un riesgo cuatro veces mayor de ser obesos que las personas que tienen estudios universitarios.

La industria alimentaria como una especie de enemigo. ¿Es tan poderosa como lo parece?

Sinceramente, sí. Es la que nos pone los alimentos que vamos a comer. Pero volvemos a la educación. Hay que buscar alimentos de proximidad y de temporada.

¿Prevé una cura que rompa con lo establecido? Algo parecido a una vacuna, por ejemplo.

A día de hoy, a la posible cura le quedan todavía muchos años. El avance para los pacientes de diabetes tipo 1 viene de la tecnología. Los páncreas artificiales van a llegar antes.

¿En qué dirección va la investigación?

Hay investigaciones de todo tipo. Desde dar con la molécula que detenga el proceso autoinmune hasta tratar de mejorar la calidad de vida del paciente.

¿Qué se está haciendo en Málaga?

En mi servicio estamos coordinando el Estudio Diabetes para conocer cuántas personas tienen diabetes en España y demostrar cómo la enfermedad está aumentando a nivel nacional.

¿Es una enfermedad que se presta al pronóstico?

Nosotros hacemos análisis de genética a partir de la sangre. Hacemos cuestionarios de cómo comen y relacionamos todo. Si le añadimos el factor ejercicio, podemos predecir qué personas van a desarrollar más o menos la diabetes.

¿Hay una cifra que le pone coste al tratamiento?

En diabetes tipo 2, desde el 2012 al 2017, ha aumentado el coste del tratamiento en un 26 por ciento en Estados Unidos. ¿Hay que llegar al tratamiento? No, lo que hay que hacer es prevenir.