Primero fueron la calle Larios, la plaza de la Constitución y otras calles aledañas. Luego, se ganaron para el peatón el entorno de la Catedral y el Soho y ahora será la Alameda Principal, aunque la quinta llegará pronto: la semipeatonalización de Álamos y Carretería. De cualquier forma, las obras de peatonalización de la gran vía malagueña, la cuarta de la urbe, comienzan hoy por la segunda fase del proyecto constructivo (hay tres etapas). La actuación en esta zona extenderá sus beneficios más allá de su área, conectando peatonalmente el Centro Histórico con el Soho y el eje Larios-Alameda-Puerto.

En esta segunda fase, se interviene en el espacio central, adjudicado a Verosa Proyectos y Servicios por 1,83 millones de euros y un plazo de ejecución de seis meses. En esta actuación se encontrarán la acera norte, la calle Larios y la plaza de la Marina, y también se actuará sobre el espacio central y se adecuará el aparcamiento subterráneo. También se rehabilita la escultura del Marqués de Larios y se traslada desde la rotonda a la embocadura de Larios. Desde el martes, que se firmó el acta de replanteo, se están desarrollando los trabajos previos. Hoy se corta el lateral norte de la Alameda, en concreto el acceso a Puerta del Mar y Atarazanas. Queda inhabilitada la parada de taxis y el carril bici es interrumpido. El itinerario recomendado para acceder a Puerta del Mar y Atarazanas es la calle Córdoba, sin que vayan a verse afectadas las entradas y salidas al parking.

Estas obras recuperan el enclave para la ciudadanía y renuevan la zona entre la Marina y el puente de Tetuán. Más del 70% de la zona será de uso peatonal (aceras norte y sur) con paseos, zonas verdes y equipamientos de ocio y se restringe el tráfico rodado a la franja central, destinada al transporte público y al coche privado.

La fase uno, la acera norte, la ejecutará la Junta de Andalucía; las fases dos (la que comienza hoy) y tres (acera sur, próxima a adjudicarse) las ejecutará el Consistorio. En la primera etapa el área total de intervención es de 10.846 metros cuadrados, de los que los peatones disfrutarán de 10.256 metros cuadrados; habrá 480 metros cuadrados de zonas verdes, 470 metros lineales de carril bici y el presupuesto de licitación es de 3,5 millones de euros (seis meses de ejecución). La segunda y la tercera fases tienen unas áreas de intervención de 8.553 y 11.567 metros cuadrados, respectivamente, de los que 13.220 serán peatonales. Habrá 618 metros cuadrados de zonas verdes y para el pavimento rodado se destinan 7.810 metros cuadrados. La inversión total en la fase tres es de 5,2 millones de euros y seis meses de ejecución.

Las bases del proyecto son la recuperación histórica y la conservación patrimonial. Así, se consideran las huellas preexistentes, documentadas en planimetrías de los siglos XVIII, XIX y XX. Se dibujan las líneas pertenecientes al contorno de la antigua rambla, cuya pavimentación era de arena o albero continuo. El pavimento será de colores cobrizos. En la superficie, se corresponde con el soporte de equipamientos de ocio, tales como juegos de ajedrez, infantiles, de música, áreas expositivas del Soho, pizarras o mesas de juegos.

En relación a los ficus, se establece una zona mínima de 5,4 metros, con un pavimento que alterna el verde de tierra vegetal y uno sólido prefabricado para diferenciarse con claridad del resto. Este firme avanza hacia la zona peatonal y sale del contorno definido por las trazas del bulevar original, para así coser su área con la zona peatonal más contemporánea. Además, los árboles serán protegidos con acero cortén y un alcorque de arbusto bajo.

Las zonas laterales son para el peatón, con un pavimento blanco de grandes dimensiones, para diferenciarlo del antiguo bulevar. Es la parte de paseo de las aceras norte y sur. En la proximidad de las fachadas, el firme es de piedra crema ámbar pequeña, formando una pequeña plaza junto a cada edificio. En cada acera, habrá una hilera de árboles de pequeña escala a cinco metros de las fachadas, que marcarán el límite de las terrazas. Por otro lado, se restringe el tráfico rodado al espacio central, cinco carriles: dos para el transporte privado y tres para el público.

Asimismo, el Ayuntamiento pondrá en valor el conjunto arquitectónico existente, con referencias individuales a edificios protegidos y se marcarán en el suelo las trazas del fuerte de San Lorenzo, así como se hará referencia a la figura de Cervantes. Se elimina la rotonda del Marqués de Larios y se sitúa frente a la calle homónima en la zona peatonal, pudiéndose contemplar en 360 grados. También se potencia el patrimonio vegetal.