Gas Natural Fenosa rebautizó a inicios de este año 2018 su marca de distribución de gas para Andalucía. Nedgia Andalucía es la nueva denominación de lo que hasta ahora se conocía como Gas Natural Andalucía. Málaga es la segunda provincia de la comunidad andaluza en número de usuarios de gas natural, con una red de casi 1.300 kilómetros que lleva esta energía a más de 94.260 puntos de suministro en 14 municipios, lo que quiere decir que 282.780 malagueños disfrutan ya de sus ventajas. El director de Nedgia Andalucía, Narciso Prieto, analiza los planes de la compañía y el futuro de esta energía en una entrevista con La Opinión de Málaga.

Ahora Gas Natural Andalucía es Nedgia Andalucía, ¿por qué el cambio?

Básicamente se trata de un tema legal, ya que la legislación actual separa las actividades de distribución de energía de las de comercialización. El objetivo es que se diferencien las marcas. Lo que antes era Gas Natural Distribución ahora es Nedgia, a nivel nacional. Y lo que antes era Gas Natural Andalucía ahora es Nedgia Andalucía. Empezamos una nueva etapa enfocada en el crecimiento y la transformación de la actividad. La nueva marca permite reflejar las raíces y trayectoria de la empresa pero apuesta por un futuro en el que hay que dar respuesta a nuevos retos energéticos como el gas natural vehicular y el gas renovable, trabajando por la mejora de la calidad del aire y la innovación energética.

¿Qué supone el cambio para los usuarios?

El cambio de marca no va a suponer ninguna variación para los usuarios. Seguimos siendo los mismos, la principal empresa distribuidora de gas de Andalucía, pero con nuevos retos de futuro. Como he comentado, ponemos el foco en el crecimiento y en los nuevos usos del gas natural, como el gas renovable o el gas vehicular.

¿Cuál es la situación actual de la compañía en Andalucía?

En Nedgia Andalucía llevamos más de 30 años trabajando para llevar el gas natural al mayor número posible de andaluces gracias a una red de distribución que supera los 5.500 kilómetros. Las cifras respaldan la excelente acogida por parte de los andaluces a una energía limpia y competitiva, que sigue siendo un signo del progreso de la región. La compañía alcanzó, a cierre del pasado año, los casi 480.200 puntos de suministro. La empresa tiene un fuerte vínculo con Andalucía, donde contribuye de manera activa al desarrollo de empleo con la creación de más de 4.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos. Además, estamos presentes en sectores tan importantes para la economía andaluza como el agrícola, a través del proyecto Tierras de Almería, que suministra gas natural a invernaderos del poniente almeriense; el sector de la alimentación, distribuyendo esta energía a las principales empresas de este sector de Andalucía; o el sector turístico, donde distribuimos gas natural a numerosos hoteles y otras empresas.

¿Y en Málaga?

Málaga se consolida como la segunda provincia de la comunidad en número de usuarios de gas natural. La compañía cuenta con una red de distribución de gas natural de cerca de 1.300 kilómetros que lleva esta energía a más de 94.260 puntos de suministro en 14 municipios de la provincia, lo que quiere decir que 282.780 malagueños disfrutan de las ventajas de esta energía en sus hogares. Además, la compañía está desarrollando varios proyectos en Málaga entre los que cabe destacar la ejecución de 4.500 metros de red en Torremolinos para 40 clientes del sector terciario, con un consumo estimado de 20 GWh/año.

¿Qué papel desempeña el gas natural en la transformación energética que se está viviendo?

Estamos en un momento de cambio y transición energética en el que el gas natural tiene un papel protagonista por muchas razones, pero que podemos resumir en tres: económicamente, ya que es una fuente de energía eficiente, con un precio estable, que facilita la productividad y competitividad al sector comercial e industrial. Socialmente, se reafirma como la mejor solución energética, ya que satisface los servicios de cocción, agua caliente sanitaria y calefacción con el máximo control individual de cuándo y cómo utilizarla. Y por último, medioambientalmente, el gas natural es el combustible convencional de menores emisiones de CO2 por unidad de energía útil obtenida y con la menor emisión de otros contaminantes, entre todos los combustibles, aspecto de especial interés en la mejora de la calidad del aire de las ciudades y pueblos. Esto hace que el gas natural se considere una energía limpia para construir territorios sostenibles.

¿Por qué se debe usar el gas natural y qué diferencias hay con otras energías?

El gas natural es una fuente de energía eficiente y económica que facilita la productividad y la competitividad. Nadie concibe ya actividades comerciales como la hostelería y el sector hotelero sin el uso de esta energía, que se convierte en imprescindible en todos los sectores industriales donde precisan procesos térmicos, como el de manufactura agroalimentaria. Además, es una fuente de energía que discurre canalizada bajo tierra, por lo que su uso evita la circulación rodada de camiones que son precisos con otras energías como los combustibles líquidos y los GLP, como el propano y el butano. Otro aspecto a considerar es la flexibilidad de la infraestructura gasista de absorber crecimientos futuros sin la necesidad inmediata de modificarla y ampliarla. Esto tiene una gran importancia ya que debemos recordar la saturación existente en otras redes de distribución como son las eléctricas, que pueden llevar a cortes de suministro en ciertas zonas ante altas demandas puntuales, como las que pueden ocurrir tanto en los días más fríos del invierno como en los más cálidos del verano.

¿Qué beneficios tiene para las ciudades?

Según estimaciones de la OMS más de 400.000 personas mueren prematuramente cada año en la UE por la mala calidad del aire de las ciudades, y varios millones padecen enfermedades respiratorias. La calidad del aire de cada municipio se ve perjudicada por el transporte, la calefacción doméstica y los procesos industriales peri-urbanos, por lo que mejorar la calidad del aire urbano sólo será posible, según los expertos, a través de tres vectores: disminución de las emisiones de CO2 de todas las energías convencionales, la reducción drástica de SOx y NOx, origen del smog urbano; y una reducción de emisiones de partículas sólidas PM10, dañinas para la salud. El gas natural es la fuente de energía más limpia, menos contaminante y con menor contenido en carbono de todos los combustibles fósiles, por lo que toma una especial importancia para la reducción de las emisiones de agentes contaminantes y para la mejora de la calidad del aire. En comparación con otros combustibles, el gas natural reduce considerablemente las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y casi completamente las emisiones de partículas en suspensión y dióxido de azufre (SOx), principales causantes de problemas de salud respiratorios.

Hace poco se anunció que Gas Natural Fenosa abrirá 50 «gasineras» en España este año. ¿Qué son?, ¿cómo funcionan?

Efectivamente, Gas Natural Fenosa ampliará a lo largo de este año el número de estaciones de carga de GNC para vehículos en España. La compañía tiene previsto abrir 50 puntos de suministro en varias ciudades entre las que se encuentra Málaga. Actualmente, Gas Natural Fenosa cuenta con 31 estaciones públicas de gas natural operativas en nuestro país, del total de las 57 que funcionan en España. La compañía está desarrollando un plan de fomento de la movilidad con el objetivo de potenciar la utilización del gas natural como combustible como la mejor alternativa sostenible frente a los combustibles fósiles derivados del petróleo.

Málaga es una de las ciudades que más trabaja en la movilidad sostenible. ¿Qué aporta su compañía o qué proyectos desarrolla con el Ayuntamiento?

Sí, la apuesta que esta ciudad está haciendo por una movilidad más sostenible es muy importante. El gas natural vehicular es una alternativa real que está permitiendo mejorar la calidad del aire de las ciudades ya que, comparado con un coche de gasolina o diésel, reduce en más de un 85% las emisiones de óxidos de nitrógeno y en casi el 100% las partículas en suspensión. También reducen un 24% las emisiones de CO2, principal gas de efecto invernadero, por lo esta energía contribuye en la lucha contra el cambio climático.