La Junta de Gobierno Local aprobó ayer la aprobación inicial de la modificación del estudio de detalle, promovido por el Real Club Mediterráneo, en lo que respecta al área C «Puerto Deportivo» del sector dos de la plataforma del Morro. Con este trámite, se adecua el estudio de detalle a los cambios ya introducidos por la Autoridad Portuaria de Málaga en las superficies de concesión que otorgó al club en este ámbito, ajustando el volumen y las alineaciones afectadas; y contemplando el escenario de que la parcela de 2.766 metros cuadrados, situada en la esquina sureste de la concesión, retorne al Puerto en previsión de la posible implantación en ella del edificio de uso hotelero, la conocida como Torre del Puerto, el rascacielos.

En concreto, estas innovaciones suponen incluir en la superficie concesional originaria una parcela situada en la esquina oeste con 455 metros cuadrados y seis puntos de amarre que estaban reservados inicialmente para la libre disposición de la Autoridad Portuaria de Málaga y que ahora retornan al Real Club Mediterráneo y se cambia la superficie de la lámina de agua y muelles objeto de la concesión.

No obstante, los cambios de alineaciones y volúmenes son leves y respetan casi en su totalidad los fijados en el anterior estudio de detalle, a excepción de ligeras modificaciones tendentes a reajustar las que se verían afectadas y a la posibilidad, incluida en el título concesional, de devolución a la Autoridad Portuaria de Málaga de la parcela de 2.766 metros cuadrados para el desarrollo del hotel, según la modificación del Plan Especial en tramitación.

También se define la ordenación de volúmenes de la nueva parcela incorporada de 455 metros cuadrados en la esquina del lindero oeste, que sigue el mismo criterio y en continuidad que el edificio de Escuela de Enseñanzas Náuticas, recientemente construido.

En breve, posiblemente este verano, entre en la Junta de Gobierno Local el plan especial para recibir la aprobación inicial. La construcción del hotel ha levantado una gran polémica en la ciudad, dado que sus detractores aseguran que se contamina el skyline de la ciudad con un edificio de tamaña altura, aunque el arquitecto está dispuesto a modificar el proyecto.