­ Las vidrieras de colores de la entrada desprenden felicidad, un ambiente de ilusión. La Casa Ronald Mcdonald presta una ayuda a los niños enfermos y sus familiares durante su estancia en Málaga. Con el lema «Buscamos invitados divertidos para jugar, compartir y reír juntos'», la Casa Ronald McDonald de Málaga rindió ayer un homenaje a todas las familias y niños que viven en ella durante una temporada y a todas esas personas que ayudan a que ese periodo de tiempo sea lo más llevadero posible. Actualmente existen más de 365 casas alrededor de todo el mundo, concretamente la de Málaga acoge a 14 familias que están pasando por una situación difícil con la enfermedad de uno de sus hijos.

Su sexta jornada de puertas abiertas, de 11.00 a 19.00 horas, fueron ocho horas ininterrumpidas amenizadas por actuaciones musicales, talleres, juegos y espectáculos infantiles, donde los malagueños pudieron conocer las instalaciones de la organización en un día repleto de actividades gratuitas.

Después de cinco años organizando estas jornadas de puertas abiertas, ¿cuáles son los objetivos de la fundación para esta edición?

El origen de estas jornadas tiene lugar durante el primer aniversario de la Casa Ronald McDonald, en el año 2013, y el objetivo era al principal era darnos a conocer. Éramos muy nuevos, llevábamos un año y nos encontrábamos en un recinto interior, donde era difícil que nos vieran. Los malagueños aún no nos conocían y se nos ocurrió hacer unas jornadas de puertas abiertas, que la gente viniese, viera la casa y que los niños hicieran algunos talleres para pasarlo bien. El éxito fue tal, con más de 600 personas, que quisimos continuar, así que para este año hemos aumentado el número de actividades para que cualquier familia que se acerque pueda disfrutar de un ambiente estupendo.

¿Qué novedades incluyeron ayer?

Tanto las actuaciones, en dos escenarios dentro y fuera del edificio, como la magia o los cuentacuentos, en la sala principal, o talleres por toda la casa. Hay algunas actividades que se han repetido debido a su éxito en ediciones pasadas, como el pintacaras para los niños o los talleres de cocina. Como novedades hemos incorporado un taller de realidad aumentada y virtual, otro taller sobre el cuidado de las playas o la escuela de padres, ubicada en la biblioteca, para que los padres reciban charlas sobre distintos aspectos .

El lema de este año ha sido «Buscamos invitados divertidos para jugar, compartir y reír juntos'».

Lo que queremos transmitir es que la Casa Ronald McDonald es un lugar divertido siempre, no solo ese día. Las personas piensan que es un sitio triste donde hay niños enfermos, pero todo lo contrario porque esta casa desprende alegría. Todos los niños quieren jugar, así que es un día especial en el que hemos querido mostrar que verdaderamente este es un lugar divertido para los pequeños.

Además de una paella, bebidas, y hasta una tómbola, la actividad que más apasiona a los niños, según la casa, son los talleres de cocina.

Muchísimos. Es más, en otros talleres no hay ningún impedimento, pero en los relativos a la cocina tenemos que poner un tope desde hace años: 25 plazas por taller. Hay una demanda muy superior a lo que podemos ofrecer. Este año han venido Marcos Granda, estrella Michelín, y Antonio Martos, campeón del mundo de pizzas. Este año contamos hasta con una cata de zumos para que los niños aprendan a diferenciar sabores, desarrollando sus sentidos.

¿Habéis sido el motor de otras muchas organizaciones que dedican sus esfuerzos a ayudar al bienestar de los niños enfermos y sus familias?

Claro. Es cierto que la sanidad lo que busca es ayudar al paciente en todo lo posible, pero a veces nos olvidamos de la parte social, la más humana, toda aquella gente que emocionalmente necesita estar al lado del niño. Si no hay entidades privadas que facilitemos eso, muchos padres no se pueden permitir muchos lujos.

En ese trabajo diario, ¿cómo de importante son los voluntarios?

Siempre decimos que la diferencia entre una casa y un hotel son los voluntarios. Ellos le dan el alma y ese cariz de hogar a la casa. Aquí en la casa trabajamos tres personas dedicadas a la parte más administrativa, pero luego lo que es el contacto con las familias, jugar con los niños mientras los padres están haciendo cualquier cosa, ayudarnos a montar todas nuestras ideas, si no fuera por nuestro equipo de voluntarios, todo esto sería imposible. En estos momentos hay un grupo fijo de 40 voluntarios.

La Casa Ronald McDonald tiene una estrecha colaboración con el Hospital Materno, pero es que este proyecto es líder a nivel mundial y ya os encontráis en el 90% de los centros pedriáticos llevando a cabo vuestra labor. ¿Cómo definirías esta volución?

Desde que se creó la fundación hace 44 años en Filadelfia, que por cierto se está ampliando para que puedan acceder más familias, se decidió ayudar a más hospitales. Lo que empezó como una inciativa pequeña de un padre, hoy en día tenemos 365 casas como la de Málaga, alojando a más de 7.000 familias al año. La verdad es que esta evolución ha supuesto un beneficio enorme para los enfermos y sus familiares.

¿Cuáles son las siguientes iniciativas que tiene preparadas la Casa Ronald McDonald en Málaga?

Dentro de unas cuantas semanas, sin fecha todavía, haremos unos talleres de cocina con polvos de colores . El día 8 de junio tendremos un taller formativo de pintacaras, y el 23 de junio habrá un concierto de gospel, infantil y adulto, en la sala María Cristina de la Fundación Unicaja.