Ante una herencia sólo caben dos posibilidades: o se asume o se renuncia a ella. Resulta casi irónico que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) diseñados por el PP, tan denostados entre el PSOE de Málaga, sirvan ahora para que La Moncloa vuelva a tener en Pedro Sánchez a un inquilino socialista casi siete después de la salida de José Luis Rodríguez Zapatero. La herencia, en este caso, son los mismos Presupuestos que al PSOE le exigían una mascarilla para respirar. Unas cuentas que «apestaban» a desigualdad social y que había que enmendar en su totalidad porque eran lo opuesto al imaginario socialista. Pero era tal el influjo de la contrapartida que el mal olor se ha convertido en agua de rosas.

La historia, a estas alturas, ya es bien conocida por todos. Sánchez necesitaba los cinco votos del PNV y el PNV pedía a cambio mantener las jugosas contrapartidas que poco antes le había arrancado al PP, cuando los populares tiraron de chequera a cambio de garantizarse la legislatura.

De tal inesperada magnitud ha sido el vuelco político que de saberlo los dirigentes del PSOE de Málaga no se hubieran embarcado en una sonada campaña para desprestigiar las cuentas presentadas por Cristóbal Montoro, dejando una nutrida hemeroteca que ahora pone a Sánchez contra el espejo de sus propios compañeros y deja, quizá esto sea lo más importante, al PSOE de Andalucía y de Málaga sin una de sus principales armas políticas: la confrontación con el Gobierno de Mariano Rajoy. Primer punto del manual y que tan buenos resultados le ha dado históricamente a los dirigentes socialistas en Andalucía.

Esto ha cambiado radicalmente, Incluso ya se sabe de algún líder de primera fila en el PSOE de Málaga al que ahora se le van a apolillar esos trípticos recién encargados.

Así, con todo, cabe recordar lo que fue una rigurosa sucesión en las críticas a los Presupuestos. Midiendo los tiempos para maximizar el impacto. Hoy sales tú y mañana yo. Por fascículos. José Luis Ruiz Espejo, Miguel Ángel Heredia y Fuensanta Lima se encargaron de dejar claro que Málaga estaba ante los peores presupuestos de la historia para la provincia. Con todo, la larga lista de enmiendas presentadas por los socialistas malagueños en el Congreso tienen una ventaja para el ciudadano. Permite saber cuáles son los deberes que el PSOE de Málaga le imponen a Sánchez. Lo que suele plantearse en reuniones discretas, luce ahora como una carta abierta.

Tren litoral. La partida de seis millones de euros reservada para el estudio de cómo plasmar una infraestructura demandada por todos era considerada por los socialistas cuasi como un insulto. «Mariano Rajoy vuelve a situar a Málaga a la cola en inversión», llegó a decir Heredia. ¿Será Sánchez más sensible con esta reclamación histórica? Los socialistas también solicitaron un aumento en la frecuencia del Cercanías en la línea entre Fuengirola y Málaga

Más infraestructuras. En Málaga capital, se pidió una fecha concreta para la apertura de la biblioteca de San Agustín y está sobre la mesa la exigencia de la ampliación del aeropuerto de Málaga. El PSOE denunció la falta de mejoras para los regadíos del Guadalhorce. Los socialistas también insistían en la construcción de un segundo puente sobre el Guadalhorce. El gasto medio por cada malagueño en estos PGE es de 91 euros. Habrá qué ver esta cifra en las cuentas del 2019, si es que Sánchez llega hasta ese punto.

Seguridad. En una comparecencia reciente, acompañado por varios alcaldes socialistas, Ruiz Espejo denunció la falta efectivos policiales. Piden para la provincia más de 400 agentes. Ahora se los podrán solicitar, directamente, a Sánchez.

Carreteras. Eliminar los puntos negros en la provincia y agilizar la obra del accesos a Benalmádena, otras de las reclamaciones.