El 12 de junio, mañana, es un día marcado a fuego en el calendario de miles de estudiantes. Empieza la Selectividad, la temida prueba para acceder a la Universidad. Un paso decisivo y todavía imprescindible. El futuro, o buena parte de él, en una carta, en unos exámenes que ponen a prueba los conocimientos y la madurez de quienes se presentan. Este curso, 7.399 escolares malagueños se han matriculado para hacer la EVAU, que comienza mañana. No solo se trata de aprobar. La mayor parte de las opciones de estudiar la carrera deseada, la elegida por vocación o por otros motivos, pasa por sacar una buena nota.

Muchos, este último fin de semana, habrán terminado de repasar apuntes, de hacerse esquemas, de memorizar párrafos enteros que no terminan de comprenderse... Nervios, mucho café para robarle horas al sueño, moreno de flexo... Aunque terminaron el curso a final de mayo, han seguido yendo al instituto, para participar en clases de apoyo y resolver sus últimas dudas.

Más o menos justo, es el sistema que hay. Y Andalucía ha luchado en las distintas reuniones de la comisión sectorial de Educación para que no cambie respecto al año pasado. Los exámenes, como es habitual, se desarrollarán conjuntamente en todas las universidades andaluzas. Este año, la coordinación de las pruebas corresponde a Córdoba, que ha sido la encargada de custodiar y repartir los exámenes.

Ha aumentado la cifra de matriculados. En la convocatoria de junio de 2017 fueron 7.260 los inscritos para hacer la prueba (finalmente se presentaron menos, en concreto 7.102 escolares). De ellos, 1.252 solo harían los exámenes de la fase de admisión, con el objetivo de subir nota y poder acceder, un año después, a la carrera en la que se quedaron con la miel en los labios. En esta oportunidad, son 7.399 alumnos (129 más), pero únicamente 765 se han apuntado en exclusiva para hacer la fase de admisión.

A las 8.30 están citados los estudiantes, con toda la documentación en regla, en algunas de las 17 sedes que la UMA ha establecido para llevar a cabo los exámenes. Este año la cifra de alumnos se mantiene con respecto al año anterior, con un ligero incremento. La realidad es que en los últimos cursos el número de matriculados no ha dejado de crecer. En la convocatoria de junio de 2017 fueron 7.260 los inscritos para hacer la prueba (finalmente se presentaron menos, en concreto 7.102 escolares). De ellos, 1.252 sólo harían los exámenes de la fase de admisión, con el objetivo de subir nota y poder acceder, un año después, a la carrera en la que seguramente se quedaron con la miel en los labios. En esta oportunidad, son 7.399 alumnos (129 más), pero solo 765 se han apuntado en exclusiva para hacer la fase de admisión.

Los primeros exámenes serán los correspondientes a la ahora denominada fase de acceso, que incluye las asignaturas troncales y obligatorias: Análisis de Texto de Lengua Castellana, Comentario de Texto Histórico y Análisis de Texto de Lengua Extranjera. A esta fase también corresponde una asignatura optativa de su opción de Bachillerato.

En los días siguientes, miércoles 13 de junio y jueves, 14 de junio, se llevarán a cabo los exámenes de la fase de admisión. Entran en juego el resto de las asignaturas de Bachillerato, pero los alumnos también pueden elegir de qué se quieren examinar, como mínimo de dos materias, puesto que después sólo se consideran las dos mejores calificaciones y no se hace media con el resto.

La calificación global de Selectividad será la media aritmética de las calificaciones obtenidas, debiendo conseguir un mínimo de cuatro puntos para ser declarado apto. La calificación final y definitiva se calcula ponderando un 40% de la calificación global de la pruebas de Selectividad y un 60% de la media del Bachillerato. Para acceder a la Universidad, el alumno debe alcanzar al menos cinco puntos. El 94% aprueba.