Kilocentro, la tienda que durante 32 años ha estado dedicada al negocio de venta de telas para decoración ha echado hoy, 16 de junio, el cierre. A las dos de la tarde, ha clausurado sus puertas y escaparates por última vez. Durante toda la mañana sus doce trabajadores, que desde mañana irán al desempleo, han estado atendiendo a los clientes con profesionalidad y esmero, como un día más, pese a que ha sido el último.

La falta de interés de los herederos, ya que ­se trata de un negocio familiar,­ por continuar con el negocio, la competencia que realizan otros negocios similares establecidos en el Centro y especialmente la oferta realizada por Inditex y Zara para adquirir los más de 700 metros cuadrados que hasta ahora ha ocupado Kilocentro, han sido los argumentos de peso que han llevado al cierre del negocio. Vicente, el gerente de la tienda ha explicado que la "gran oferta de Zara es de esas que resultan irechazables". Y así ha sido. La calle Liborio García se queda así sin el 'Kilo', como se le conocía popularmente, un negocio que ha sido una referencia en el sector y un apoyo en la renovación del Carnaval de Málaga. Su espacio será ocupado por Zara.

Jacob Assa, antiguo administrador de Kilocentro, ha vuelto a la tienda para supervisar los últimos días de vida de este negocio. Los estantes de la tienda se han ido quedando vacíos poco a poco con descuentos del 40%: En los días anteriores al cierre señalaba que "estos días los dedicamos a nuestra clientela más fiel, que así puede comprar a mejor precio". "Duele el cierre porque son muchos años, millones de metros de tela cortados y cientos de empleados, pero ya llegó el momento", resume Jacob, quien insiste en la gran oferta que sirvió de argumento final: "Inditex llegó con una de esas ofertas que no puedes rechazar".

La llegada de Inditex es un símbolo de los nuevos tiempos y cambios en la forma de comprar. La empresa gallega ampliará su tienda actual de Zara en la calle Liborio García con este local, que lo unirá a sus actuales instalaciones.

El 'Kilo' fue fundado en 1986 por Alberto Bendaham, que llegó de Canarias para expandir el negocio familiar de venta de telas. Rápidamente se hizo un nombre por la variedad de telas ofertadas. "Traíamos plumas, medias de rejilla, lentejuelas..." Cofradías, espectáculos que se montaban en la ciudad y, por supuesto, agrupaciones de Carnaval empezaron a trabajar con esta tienda, ya que siempre "les hemos ofrecido precios especiales", señala Jacob Assa, quien se enorgullece de haber contribuido a la renovación y mejor del Carnaval de Málaga en los últimos 30 años.

El local, que en su tiempo fuera la gran ferretería de los Temboury y que todavía conserva las columnas metálicas originales, será transformado en la ampliación de Zara.