­Director del Hotel Escuela Convento Santo Domingo y presidente de La Carta Malacitana, Antonio Carrillo Ciudad lleva por bandera desde esta última institución la buena alimentación tradicional de la provincia. La Carta Malacitana cumple ahora 10 años y tiene como objetivo fomentar la gastronomía típica local y saludable entre los ciudadanos que «cada vez consumen más productos dañinos para su salud». Así, Carillo explica cuáles son las actuaciones que lleva a cabo la organización tanto a nivel alimenticio y turístico, así como los avances en la restauración y la situación de la hostelería malagueña.

Tras diez años en activo, ¿qué actividades lleva a cabo la Carta Malacitana para difundir la gastronomía local y saludable?

Hacemos dos actividades al año. Por un lado, nos gusta promocionar los productos locales para que los ciudadanos los compren. En el Pimpi solemos promocionar una vez al mes productos de la provincia que no son muy conocidos para que sean visibilizados y puedan consumirse. Es muy importante para nosotros desde nuestra creación, que la gente se alimente de forma saludable, dejando de lado los productos de «quinta gama» y apuesten por la gastronomía local. También apoyamos las fiestas de los pueblos culinarias. La actividad que más destaca son las conferencias que realizamos cada curso académico. Este años realizamos uno en el que aunamos turismo y gastronomía.

¿Qué importancia tiene la gastronomía malagueña en el sector turístico?

El turismo es una actividad muy importante en nuestra provincia. Cada vez aumenta más el número de viajeros y consideramos que nuestra cultura culinaria es una puerta para que Málaga sea conocida no solo por el turismo de sol y playa. Esta situación cada vez se produce más y los turistas vienen a la provincia por la promoción gastronómica. Además, esto puede ayudar a disminuir la estacionalidad turística.

¿Cómo de importante es la cultura gastronómica local?

Es una dieta rica en alimentos saludables y para nosotros lo más importante es que esta dieta vaya interiorizándose en los niños desde pequeños. Afortunadamente, las administraciones ya están concienciadas de la importancia que tiene que los jóvenes aprendan a cocinar y, además, lo hagan de forma saludable. Es muy sencillo coger el teléfono y pedir una pizza, pero con el tiempo, agradecerán ser independientes para cocinar su propia comida. La obesidad infantil ha alcanzado en los últimos años cotas muy altas, es como una pandemia. La óptica de hace treinta años hasta ahora ha cambiado muchísimo. Ahora, tener sobrepeso es símbolo de una mala alimentación.

¿Cómo se puede educar a los jóvenes en una alimentación sana?

Con respecto a los jóvenes, realizamos estas conferencias, que en muchas ocasiones ya son utilizadas en las aulas como batuta para el inicio a esa alimentación. Nos gustaría tener esa comunicación directa y es uno de los proyectos que tenemos en mente. El sistema educativo todavía no contempla que enseñar a cocinar sea una enseñanza importante. Enseñar a cocinar, cuestiones básicas y elementales, para llevar una vida saludable. Es algo que no terminamos de entender, desde nuestra asociación denunciamos a menudo esta situación.

¿En qué momento se sitúa la restauración malagueña teniendo en cuenta la modernización gastronómica?

En nuestro caso, tenemos como socios a restaurantes y empresas que tienen muy en cuenta los productos de la tierra. En general, se esta produciendo una revolución silenciosa y está ocasionada por la formación que se realiza en las escuelas de hostelería de Málaga. De diez años para acá es sistemático ver nuevos restaurantes con una carta con productos malagueños. Se encuentran una oferta que nos identifica, a pesar de esa modernización. Precisamente ese es uno de nuestros objetivos, que Málaga consiga tener una identificación propia en su cocina. Que los que vengan de fuera vengan atraídos por nuestra forma de cocinar y elaborar nuestros propios productos. Ya que tenemos tantos recursos y tan variados, que eso se traduzca en una marca de identidad. Eso no despegará de esa oferta gastronómica que nada tiene que ver con la nuestra.

¿Ya han pensado qué actuaciones se pueden llevar a cabo para conseguir esto?

Sí. Queremos realizar una guía gastronómica exclusivamente malagueña. De tal manera que cuando llegue el turista pueda identificar qué restaurantes son de aquí, y donde los puede encontrar. Sorprendentemente, esa guía aún no existe.

Y en relación a la restauración y la gastronomía, ¿qué opina acerca de la situación a la que se enfrentan los trabajadores de la hostelería en Málaga?

Es verdad que es importante que se negocie un acuerdo. Hay una cuestión que es muy importante: Para que el cliente esté satisfecho, el profesional de la hostelería debe estar contento. Si no es así, es difícil. El turista utiliza el restaurante tres veces al día como mínimo y el camarero es el relaciones públicas por excelencia de Andalucía, entonces, si ese camarero o camarera no está contento con su puesto de trabajo por las razones que sean, su implicación en el trabajo va a diferir, y el nivel de calidad de atención disminuirá. Por eso, le corresponda a quien le corresponda, hay que llegar a un acuerdo con esos trabajadores y evitar situaciones conflictivas.

@mdmedinadeharo