Llega el verano y con él la apertura de piscinas y el aumento de bañistas en nuestras playas, ríos y embalses. Esto implica un aumento en el riesgo de ahogamientos en los diferentes grupos de población, y es que el año 2017 se cerró con la cifra de 539 personas fallecidas por ahogamiento en nuestro país. Pero, ¿cómo se produce el ahogamiento? El Dr. Pablo de Rojas, coordinador junto con la Dra. Rocío Aragonés de la Unidad de Cuidados Intensivos de los hospitales Vithas las asocia a tres grupos principales de población y aporta, además, una serie de consejos para evitarlos: Los niños menores de 5 años, jóvenes por conductas inadecuadas en la proximidad de piscinas y playas, relacionadas, en la mayoría de los casos, con la ingesta de alcohol y otras sustancias tóxicas y personas sanas que están más expuestas al ahogamiento por la práctica de deportes acuáticos.

¿Cómo debemos actuar si presenciamos un ahogamiento?

El protocolo que debemos seguir si presenciamos un ahogamiento debe ser siempre el mismo y universalizado, correspondiéndose con la cadena de supervivencia.

1. Rescatar a la víctima sin ponernos nosotros en peligro

2. Identificar la emergencia, sacar a la víctima del agua, secarla e intentar recalentarla en caso de hipotermia. Hemos de prestar especial atención a la posibilidad de que exista algún golpe traumático, sobre todo en la región del cuello.

3. Determinar el estado del enfermo: si responde, si respira y si le late el corazón.

4. Activar el sistema de emergencia llamando al 112 y solicitando, si es posible un desfibrilador externo automático.

5. En caso de parada cardiorrespiratoria comenzar, tan pronto como se pueda, con las maniobras de Soporte Vital Básico con masaje cardiaco y ventilaciones boca a boca a una cadencia de 30 compresiones y 2 ventilaciones, a un ritmo de 100 compresiones por minuto. Al igual que ocurre en otros casos de parada cardiorrespiratoria, debemos evitar la compresión de la boca del estómago.