De entrada, el cambio de Gobierno en España se deslizó por el pleno ordinario correspondiente a junio que se celebró ayer en la Diputación. Cada partido lo analizó a su manera, con el presidente de la institución, Elías Bendodo, y el portavoz del PSOE de Málaga, Francisco Conejo, consagrados en medir sus fuerzas dialécticas, aunque con cada uno dando lugar a un análisis de la situación radicalmente opuesto. Una vez superado el cuerpo a cuerpo inicial, generoso en el repertorio, el pleno se decidió a dar luz verde al último plan de asistencia municipal, dotado con una partida de 10 millones de euros. Una partida que proviene del remanente de tesorería correspondiente al pasado ejercicio de 2017, y que se repartirá entre los 103 municipios.

Al contrario que en años anteriores, en los que este plan se había aprobado por unanimidad entre todos los grupos, el PSOE, IU y Málaga Ahora se decantaron, en esta ocasión, por la abstención. Los votos a favor llegaron de la bancada popular y de los dos diputados de Ciudadanos. Lejos del acercamiento de posturas, Conejo culpó al equipo de gobierno del PP de haber recortado en un 63% esta ayuda a los diferentes ayuntamientos si se compara con las cifras de planes anteriores. «Si la Diputación tiene las cuentas saneadas, si se pone como ejemplo de que ha sido capaz de quedarse con la deuda a cero, por qué recorta 17 millones a los pueblos», se preguntó Conejo, dirigiéndose directamente a la vicepresidenta y diputada al frente del área de Economía, Francisca Caracuel, además de concejala en el Ayuntamiento de Marbella: «Tendrá usted que explicar muy bien por qué Marbella recibe menos que nunca».

Caracuel, por su parte, defendió el trabajo de gestión económica del equipo de gobierno del PP y acusó al PSOE de haber fomentando el despilfarro en sus años al frente de la institución provincial. «La Diputación ha sido, durante muchos años, un cliente estupendo para los bancos con el PSOE», espetó Caracuel, cifrando los pagos en intereses por deuda en más de 55 millones de euros».

El pleno pasó, acto seguido, a abordar otros asuntos. Por orden, se rechazó la creación de un sello que premie a empresas turísticas «que generen empleos de calidad» pero sí se apoyó a trabajadores que sufren «precariedad y sueldos de miseria». La abstención del PP y de Cs permitió que saliera adelante la propuesta de IU de adherirse al manifiesto para que Federico García Lorca sea, a título póstumo, Premio Nobel de Literatura. No obstante, el diputado de Cultura, Víctor González, dijo: «No vamos a descubrir ahora a Lorca, una joya de la cultura universal pero esta moción es un brindis al sol». De hecho, indicó que la institución «está detrás» de una obra de homenaje al poeta tras su muerte escrita por otros escritores de la época.

La calma que se había instalado después de la tensión inicial se volvió a esfumar por completo, cuando se debatió una moción que llevaba el PSOE al pleno, y en la que se defendía la amortización de dos cargos de dirección en el organigrama de las empresas vinculadas a la Diputación. Por un lado, en Turismo Costa del Sol, por otro, en el Patronato de Recaudación. El aireado debate se saldó con Conejo abandonando el salón, seguido del resto de los diputados, plantando al equipo de gobierno del PP.