«Si desaparecemos mañana, el mar sigue su dinámica propia». Una frase pronunciada por Juan Antonio López, presidente del Aula del Mar, que resume la magnitud del agua frente al ser humano. El experto bucea para La Opinión y aclara el mar de dudas.

¿El mar tiene memoria?

Sí, por supuesto. El mar ejerce de principal regulador del planeta y está desde el inicio de los tiempos. A nivel térmico, a nivel de vientos, a nivel de todo lo que son los procesos de equilibrio del propio planeta. Con observar un poco, podemos analizar qué viene ocurriendo. El mar, con toda su diversidad, es algo que está en un continuo dinamismo.

¿El hombre está poniendo en peligro esta dinámica propia?

Si lo vemos en escala, el hombre apenas lleva unos segundos en el planeta. Hasta la mitad del siglo pasado, no ha tenido capacidad, ni tecnológica ni por población, como para influir. Ahora, tanto por tecnología y por población, estamos dejando una huella que está cambiando no sólo el mar, sino al todo el planeta.

Quién se necesita más, ¿el mar al hombre o el hombre al mar?

El hombre al mar. Siempre. Los que dependemos de la naturaleza somos nosotros. El mar y el planeta podrán cambiar su fisionomía a lo largo de los años, pero ya está. Si mañana desaparecemos todos, el mar sigue su dinámica propia.

¿Diría que estamos maltratando nuestros mares?

Totalmente. Estamos, prácticamente, aniquilando la vida del mar. Estamos acabando con las especies. Y a una velocidad de vértigo. No tenemos una conciencia colectiva para darnos cuenta hasta qué punto estamos dañando al planeta. Necesitamos avanzar.

¿Falta pedagogía?

Falta mucha educación medioambiental. Falta cambiar toda nuestra dinámica y, para ser tajante, casi toda nuestra forma de vida. Tenemos que darnos cuenta de que ahora sí que estamos afectando a nuestro medio marino. Está científicamente constatado, que hasta 2050, va a haber más plástico que peces en el agua.

¿Tenemos un problema con la acumulación de plásticos? Se ven por ahí algunas imágenes que echan para atrás.

Tenemos un problema grave y va a más. Llevamos ya muchos años con problemas de plástico y no va a ser hasta el año que viene en el que se empiece a hablar sobre el plástico a nivel político. Hace falta que los gobiernos tomen medidas para reducir nuestra dependencia del plástico. Ahora mismo, los microplásticos ya han entrado en nuestra cadena trófica. El plástico lleva décadas degradándose y las especies se tragan esas partículas y acaban en nuestro plato.

¿Pero este problema afecta al litoral de la Costa del Sol?

Nos está afectando. Nosotros tenemos capacidad técnica y económica para disponer de servicios de recogidas de plástico. Y eso ayuda a que, visualmente, ese problema parece que no es tal. En nuestro caso, se está recogiendo lo más gordo. Pero hay un plástico que no se ve y ese está ahí.

¿Qué pasa con las bolsas de plástico que se quedan en la orilla? Digamos, cualquier domingo de playa.

Un gran porcentaje de esas bolsas no van a ser recogidas. El mar las va a incorporar al medio. En algún momento, podrán incrustarse en alguna zona y ahí va a durar cientos de años. O bien, hasta que llegue alguna especie y se la trague.

¿Hablamos de un itinerario largo?

Muy largo. Nos supera en varias generaciones.

Planteando la siguiente situación: si buceamos en algún punto de nuestro litoral, ¿vemos menos peces que hace 30 años?

Muchísimos menos. Peces, o cualquier otra especie marina. Especialmente, a nivel costero, en aquellas zonas en las que el hombre tiene más accesibilidad. Todo lo que es la franja litoral, esa zona está esquilmada. En algunos sitios, las especies son, prácticamente, inexistentes.

¿Las políticas que regulan la pesca se quedan cortas?

En general, se quedan cortas. Uno de los principales problemas de la conversación es que siempre vamos un poco tarde. La contaminación del hábitat va a 100 por hora y nosotros vamos a diez. Ya no hablemos de que nunca llegamos a la prevención, que eso sería lo ideal.

¿Cómo es la calidad del agua de nuestras playas?

¿En comparación con qué? Si comparamos nuestro litoral con el resto del Mediterráneo, pues tenemos una de las aguas más limpias y de mejor calidad. Conforme nos vamos adentrando en el Mediterráneo, hay más problemas con la contaminación porque hay menos circulación de agua. Aquí llegan corrientes que hacen renovar el agua y tenemos mejor calidad. Si comparamos con otras zonas más atlánticas, estamos peor.

Pero ahí están las natas, asqueando al bañista. ¿Por qué se forman?

Las natas corresponden a un proceso natural. Las natas existen y van a existir. Otra cosa es que se hagan acciones de prevención y que se absorban con ayuda, por ejemplo, de los barcos quitanatas.

¿Es un fenómeno inocuo para la salud?

Sí, hay cosas mucho más peligrosas que no se ven. Es un fenómeno desagradable de cara al turista o al usuario de playa. Pero no es un problema grave en el sentido de hablar de contaminación. Pero también tengo que insistir en que se debe a la acción externa. El mar no produce natas.

¿En qué tipo de investigaciones se centra en estos momentos el Aula del Mar?

Tenemos diferentes equipos de trabajo. La base principal es la educación medioambiental. Es a lo que más esfuerzo dedicamos. Concienciación ciudadana y sensibilización centrada en el medio marino. Luego, estamos trabajando sobre las actividades primarias como la pesca o la acuicultura. Tenemos una línea importante en cuanto a especies marinas amenazadas. Otra línea de investigación es la alimentación humana. Somos cada vez más, y hay que buscar alternativas para no explotar y agotar nuestros recursos. Una forma de no esquilmar los recursos naturales que tenemos, pues es buscar alternativas de alimento humano.

¿Estamos pescando por encima de nuestras posibilidades?

Hemos estado pescando por encima de nuestras posibilidades hasta, al menos, los años 90. Si vemos la producción pesquera a nivel mundial, se ha mantenido en la misma línea. Mientras que la pesca ha ido bajando a niveles importantes, se ha ido reduciendo la flota pesquera. Pero, si antes la acuicultura no llegaba al 15%, ahora supera el 50%.

Defina, a grandes rasgos, la flora y fauna que prima en nuestros mares.

Tenemos una biodiversidad tremenda. Hay estudios que hablan del mar más rico de Europa. Estamos en una situación privilegiada en cuanto a ubicación. Tenemos especies atlánticas, especies mediterráneas. Tenemos especies que han venido de otras zonas del Mediterráneo. Somos unos privilegiados. La lista de especies es infinita. A nivel de flora, tenemos una diversidad muy grande de algas y macroalgas.

¿Cómo sobreviven tantas especies en la profundidad? Hace frío y la presión es enorme.

Es una adaptación a lo largo de miles de años. Hay que tener en cuenta que, según la profundidad, nos vamos encontrando con unas especies o con otras. El boquerón, la caballa, el jurel... todos vienen aquí a desovar y comer porque saben que aquí van a tener alimento seguro. Estamos en una de las zonas más ricas en cuanto a plancton.

En las últimas semanas se han encadenado los sucesos de pequeños delfines que han varado en nuestro litoral. ¿Qué está pasando?

A día de hoy, estamos seguros que se debe a causas naturales. Dentro de las poblaciones, cuando un animal está moribundo, tiende a desplazarse hasta el litoral a morir. Que sepamos nosotros, no hay un caso concreto de una enfermedad vírica como sí sucedió, por ejemplo, en 2012.

¿Cuáles son las principales especies que están ahora mismo bajo custodia en el centro de recuperación del Aula del Mar?

Fundamentalmente, son tortugas. Los delfines son muy sensibles. O lo sueltas en uno o dos días después de recogerlos, o es muy difícil que se recuperen y acaban muriéndose.

La imagen de la tortuga encapsulada en una anilla de plástico. ¿Realidad o se busca el remover conciencias?

Las tortugas son unos de los animales que no tienen mucha capacidad de distinción. Entonces, todo lo que les llegue a la boca lo van a ingerir. Nos encontramos problemas de este tipo. Es un problema que existe.

¿Qué pasa con los Baños del Carmen? El Aula del Mar puso reparos.

En una zona tan pequeña, se ha concentrado una serie de vida, con muchas especies que están amenazadas. Ahí, se ha quedado una microreserva, que choca con el plan de regeneración para los Baños del Carmen. Significaría enterrar todo aquello y cargarse una vida. No sólo por el propio entorno, sino que los Baños del Carmen es una producción de especies para el resto del litoral.

¿Qué proponen? ¿Cuál sería la mejor solución para el Aula del Mar?

Creemos que lo ideal es que ahí se pudiera crear una pequeña microreserva. No sólo por la propia conservación en sí, sino, también, para el turismo. Y, también, para la propia imagen de Málaga como ciudad verde y ciudad sostenible. Con muy poco esfuerzo, se podría conservar.

¿Pero usted cree que esto es viable desde el punto de vista de la explotación económica?

Hay varias experiencias similares en otros litorales. Recuerdo un proyecto en Hawái que, al verlo, enseguida, pensé que se podría trasladar a los Baños del Carmen. Uno llega ahí con sus gafas y su tubo, y puede bucear para descubrir el espacio. Luego, hay una exposición en la que se explica todo el entorno y la biodiversidad.