El fenómeno de la inmigración no concede a las costas andaluzas tiempo para el marketing. Mientras media Europa ponía hace una semana el foco en la llegada del Aquarius al puerto de Valencia con 630 inmigrantes rescatados y otros tantos periodistas acreditados para presenciar el desembarco, el litoral andaluz sumaba en apenas cuatro días casi 1.400 personas interceptadas en aguas del mar de Alborán y en el Estrecho. Ni siquiera que cuatro de ellas fueran halladas a la deriva agarradas a los restos de una embarcación en la que antes de naufragar iban 43 tripulantes que fueron declarados desaparecidos mereció la mitad de nivel de atención mediática que generó la decisión del Gobierno italiano de negar el auxilio a los inmigrantes rescatados de forma dramática por el barco de Médicos sin Fronteras.

La situación que viven las costas andaluzas salpican sin concesiones a Málaga, ciudad que en lo que va de año ya ha recibido a 1.473 personas rescatadas cuando intentaban alcanzar la costa española en un total de 27 pateras. Si el año pasado se batieron todos los registros provinciales con un total de 2.320 personas interceptadas en esta situación y posteriormente trasladadas a Málaga, el panorama parece ir al alza durante el presente ejercicio. De hecho, ayer mismo fueron rescatadas otras 315 personas, que habían sido localizadas a lo largo del día por Salvamento Marítimo en seis embarcaciones en aguas del Mar de Alborán.

Según los datos facilitados por la Subdelegación del Gobierno, las cifras son algo más altas a esta altura del año, números impensables hace apenas unos años (774 en 2016; 207 en 2015; 89 en 2014; 16 en 2013; 93 en 2012; o 125 en 2011). La década pasada, según los datos recabados por este diarios, los máximos registros se alcanzaron en 2006 y 2005 con 551 y 710 personas rescatadas, respectivamente. Con todo el verano aún por delante, la situación es un reflejo de la de hace doce meses, cuando este periódico reveló los enormes problemas burocráticos a los que se enfrenta la administración a la hora aplicar la ley. Así lo recuerda de nuevo el presidente de la subcomisión de Extranjería del Colegio de Abogados de Málaga, Álvaro García, quien asegura que en lo que va de año él y sus compañeros del turno de oficio han dado asistencia legal a 942 personas (los menores pasan a cargo de la Junta de Andalucía). Al igual que hace doce meses, a García no le consta que las devoluciones se estén llevando a cabo, principalmente porque la mayoría de los países subsaharianos de los que proceden estos ciudadanos no colaboran lo más mínimo. Salvo Marruecos y Argelia, García asegura que los países subsaharianos de donde proceden la abrumadora mayoría de estas personas se desentienden, aunque a la policía española se le suma la dificultad de identificarlos, ya que la mayoría llega a España sin documentación. La mayoría procede de Mauritania, Mali, Gabón, Burkina Faso, Congo, Senegal o Guinea. «Casi todos quedan en libertad y siguen su camino hacia Europa, principalmente Francia», explica antes de recordar que 87 de ellos trasmitieron su voluntad inicial de solicitar asilo político. Aun así, algunos sí terminan siendo internados en Centros de Internamiento de Extranjeros de otras provincias. Según los cálculos del Colegio de Abogados, de todas las personas atendidas este años por sus letrados, 150 fueron internadas, aunque en todos los casos se recurre esta decisión al entender que no reúnen las condiciones de salubridad necesarias y porque «son peores que una cárcel».