Fernando Gálligo es un reconocidísimo psicólogo que ejerce, desde hace dieciocho años, en el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM). Es experto en el arte de fomentar relaciones sanas, amorosas o amistosas, entre las personas y así lo demostró en su exitosa trilogía Del mal trato al buen trato. Su último libro, Crea(c)tividad, aborda qué es esta cualidad esencial en la vida del individuo y cómo puede potenciarse.

¿Podría definir que es ser una persona creativa?

Dentro de las muchas definiciones que se han hecho sobre la creatividad, podemos considerar a una persona creativa cuando piensa, siente y sobre todo actúa de modo personal aportando novedades, originales y adecuadas en cualquiera de las actividades que realiza añadiendo aportaciones hasta entonces inéditas.

¿Tiene la creatividad una aplicación práctica en la vida más allá de las disciplinas artísticas?

Totalmente de acuerdo, ya que hemos definido la creatividad como el modo personal original de idear, sentir y comportarse, por lo que puede aportarse creatividad en cualquier campo de la actividad humana, desde las conductas cotidianas básicas de autocuidado y mantenimiento hasta las actividades de tiempo libre, al igual que en el entorno social, de la enseñanza y en el ámbito laboral sea cual sea nuestra profesión. Por ello, no sólo se puede actuar creativamente en las disciplinas artísticas sino también en todas las Ciencias (Ambientales, Aplicadas, Sociales y de la Salud, etcétera...), Arquitectura y Técnicas (Ingenierías, Tecnologías de la Información y la Comunicación, etcétera...), actividades deportivas, turismo, etcétera...

¿Se puede entrenar la creatividad?

Sin ninguna duda, puede enseñarse y entrenarse aunque es cierto que hay personas potencialmente más creativas que otras, así como también hay edades más receptivas. Todas las personas podemos ser creativas siempre que tengamos motivación para ello y actitud positiva, precisando en muchos casos un redescubrimiento de nuestras propias capacidades creativas adormecidas o apenas desarrolladas siendo posible con estrategias, metodologías y entrenadores adecuados. A cualquier edad es posible, aunque, por supuesto, tampoco se consigue de inmediato sino tras un proceso largo de redescubrimiento y entrenamiento bien organizado. Es muy necesario e importante fomentar la creatividad desde las propias familias además de en las escuelas infantiles y a lo largo de todo el desarrollo formativo durante la vida de las personas, desde los centros de enseñanza al mundo del trabajo y las organizaciones comunitarias. Vivir de manera creativa ayuda a disfrutar vidas más felices, sanas y satisfactorias contribuyendo a formar parte de una sociedad mejor.

¿Hay que ser creativo para amar a alguien?

Un gran enemigo del amor es la rutina y la monotonía que terminan llevando a la apatía, por lo que un elemento muy necesario aunque no suficiente es ser creativos y a ser posible serlo cada vez más todos los días. Hablamos de amar con mayúsculas, algo que pocas personas verdaderamente hacen, pues precisa de madurez afectiva y mental, flexibilidad, generosidad, buena autonomía, estabilidad emocional y adecuada autoestima entre sus principales componentes. Sin embargo, la mayoría de las personas nunca llegan a amar sino que sólo quieren de manera posesiva, dependiente, egoísta, rígida, siendo esta manera de relacionarse desde el control y la desconfianza totalmente incompatible con la creatividad.

¿Puede agotarse?

Una característica básica de la creatividad es que es inagotable por su propia naturaleza, aunque las personas algunas veces puedan sentirse poco creativas bien por problemas personales, fases de atonía o por descuido personal, ya que la creatividad hay que practicarla a diario para que aumente y mejore como cualquier capacidad o habilidad. Comportarnos creativamente, por ello, nos llevará a desarrollar cada vez más creatividad.

¿Coincide que una persona inteligente es creativa de por sí o, por el contrario, no tiene nada que ver?

La inteligencia global ayuda a la creatividad pero no de manera directamente correlativa, puesto que, además, siguiendo a Howard Gardner en su Teoría de las Inteligencias Múltiples, no hay una sola inteligencia sino siete tipos distintos de inteligencias: lingüística, lógico-matemática, musical, espacial, corporal kinestésica, interpersonal, intrapersonal, naturalista y existencial. Las distintas combinaciones de estas inteligencias en sus diferentes proporciones así como su complementación con la pasión de aprender y una entusiasta actitud por la vida posibilitan diferentes modos y grados de ser creativos.

¿Cómo le llegó la idea de escribir este ensayo?

Una vez que había terminado la publicación de mi trilogía Del maltrato al buen trato, formada por los libros Mi chico me pega pero yo le quiero, Amando sin dolor, disfrutar amando (ambos en editorial Pirámide) y Mejorando mis relaciones personales (en editorial EOS), y mientras continuaba su difusión y promoción mediante conferencias, entrevistas y presentaciones, pensé que sería interesante escribir un libro sobre el apasionante mundo de la creatividad que yo mismo había practicado especialmente realizando gráfica y literatura diversa desde mi preadolescencia y a lo largo de la juventud, así como paralelamente a mi vida profesional en la edad adulta mediante exposiciones y publicaciones en forma de dibujos, collages, fotomontajes, fotografías, poesías y relatos.

¿Se ha documentado mucho?

Como en mis libros anteriores, el trabajo de documentación ha sido muy extenso a la vez que apasionado, es la parte que me ha llevado más tiempo y trabajo realizar. Ha compensado ampliamente, ya que la mayoría de las personas que lo están leyendo o que ya lo leyeron me comentan que les ha resultado muy entretenido y fácil de leer, así como que les ha descubierto múltiples aspectos y enfoques que desconocían de la creatividad, además de las muchas sugerencias que han encontrado a lo largo del libro y el descubrimiento de personas muy creativas reseñadas en una de las secciones del libro.