«Este sitio tiene una característica: tú hablas aquí a las 12 de la noche y todos los bloques se enteran de la conversación porque hace resonancia», cuenta un vecino que prefiere no dar su nombre.

Junto a varias personas, este vecino se encontraba el pasado miércoles en la calle Fernández Fermina, delante de una parcela abandonada, pegada a los bloques de la barriada de García Grana, en la que el concesionario del centro deportivo Conde del Guadalhorce tiene previsto construir una piscina descubierta.

El proyecto, comenta María Fernández, vecina de García Grana, «es una locura». «Nos quieren poner una piscina descubierta y los vecinos no vamos a poder dormir, es una locura hacerla con los bloques tan pegados», recalca.

A su lado está Victoria Reyes, representante de la asociación vecinal Plataforma Záncara , que también se opone con rotundidad al proyecto: «Ni piscina cubierta ni descubierta», subraya.

El malestar de los vecinos no es sólo por el temor a que no puedan descansar con estas instalaciones al aire libre tan próximas, sino también por el estado de abandono de la parcela, lo que les ha provocado ya algún susto serio.

«Aquí vienen algunas personas que son toxicómanas, como pasa en todas las ciudades de España, y uno que dormía le pegó fuego a un colchón y a unos muebles», cuenta otro vecino que prefiere no dar su nombre. La huella negra de ese incendio todavía se aprecia en uno de los bloques de García Grana.

La parcela, con el suelo de chinos, está vallada pero hay abiertos agujeros para entrar en ella. Fueron los vecinos quienes pidieron que se vallara, para acabar con un aparcamiento, por el trasiego de coches y el ruido que provocaba.

Ahora, sin embargo, reúne de madrugada a dueños de perros y acumula basura por todos lados. «A las 2.30, 3 de la mañana se meten dentro con los perros y no hay quien duerma», lamenta Victoria Reyes, que se queja del mal olor constante por la orina y los excrementos.

Hay, comentan los vecinos, ratas, pulgas y cucarachas. «En mi casa hay dos minusválidos y nos están comiendo los bichos. No puedo estar regando siempre porque la economía no está para gastar mucha agua», cuenta Carmen Castillo, que vive en un bajo de García Grana frente al descampado.

Para la asociación Plataforma Záncara, el Ayuntamiento debería limpiar la parcela cuanto antes y en lugar de permitir que se construya una piscina, convertirla en un jardín.

«Que pongan una fuente, cosas de adorno, un jardín y bancos para sentarse», propone Victoria Reyes, mientras otro vecino apunta que sería un lugar muy apropiado para los mayores del barrio, pues en la plaza de la Biznaga faltan sitios para sentarse y recibe muchas horas de sol. «Sólo dan sombra los bloques», apunta.

Por otro lado, Victoria Reyes aprovecha para reclamar al Ayuntamiento que Mari Carmen Jiménez, una vecina que ha vivido 22 años en García Grana y de cuyo caso habló este diario el pasado 19 de junio, vuelva a contar con un piso en el barrio, «porque le corresponde».

La concejala de la Cruz del Humilladero, Teresa Porras, confirmó ayer que se construirá una piscina descubierta en esa parcela e informó de que las obras comenzarán «la semana que viene». Por su parte, la concejala de Deportes, Elisa Pérez de Siles, explicó que «todos los equipamientos» tendrán «un horario definido».