En ocasiones, para investigar sólo hacen falta ganas, una escalera y la linterna del móvil.

Ocurrió el otoño pasado, con motivo de la apertura oficial del curso académico en España, que tuvo lugar en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, que tiene su sede en la calle Marqués de Cubas de Madrid, en un palacio de finales del XVIII.

La institución, que en el Siglo de las Luces se llamaba Real Academia del Derecho Español y Público de Santa Bárbara, la han presidido personajes como el famoso conde de Floridablanca, el conde de Campomanes, José de Canalejas y Francisco Silvela.

El cuarto presidente, por cierto, fue el malagueño de Macharaviaya Miguel de Gálvez (1725-1792), tío de Bernardo de Gálvez.

Por este motivo, la institución conserva entre los cuadros de sus presidentes un retrato de Miguel de Gálvez, el único que se le conoce, aunque no haya una cartela que lo identifique.

«Lo vi, pedí una escalera y con el foco del móvil alumbré para ver su nombre. Tiene cuatro o cinco capas de barniz y resultaba difícil leerlo, pero era Miguel de Gálvez», cuenta Manuel Olmedo, académico correspondiente de la Historia.

El académico malagueño cuenta que el retrato de Miguel de Gálvez sólo se había publicado una vez, en un libro dedicado al palacio que alberga la Real Academia de Jurisprudencia, de ahí que decidiera publicarlo en un libro, Bernardo de Gálvez. Conde de Gálvez y Virrey de México, escrito con el también académico de la Historia Francisco Cabrera, editado por El Pimpi con motivo de un acto homenaje a las Fuerzas Armadas celebrado el 30 de mayo en las bodegas.

Por las circunstancias en que el retrato se dio a conocer con anterioridad, su inclusión en este volumen dedicado a Bernardo de Gálvez -repartido entre el público asistente al acto- «se puede considerar una importante novedad», explica Manuel Olmedo, al tiempo que resalta que el Miguel de Gálvez que aparece en la alegoría de los cosecheros malagueños ante Carlos III, el famoso cuadro de la Sociedad Económica, no es un retrato fiel del jurista y diplomático.

El académico malagueño está convencido de que el autor del cuadro de Madrid es Mariano Salvador Maella, el pintor de la corte de Carlos III y amigo de José de Gálvez, el ministro de Indias y hermano de Miguel.

La misma autoría, Maella, atribuye Olmedo al famoso cuadro de Bernardo de Gálvez que conserva una familia malagueña y que sirvió de modelo para el que cuelga en el Capitolio de Washington, realizado por Carlos Monserrate.

La carta

El nuevo libro incorpora otra novedad: una carta a Bernardo de Gálvez del mencionado conde de Floridablanca, por entonces 'presidente del Gobierno' de Carlos III, poco antes de la muerte del malagueño, en la que le lanza el siguiente piropo cuando era virrey de México: «Vm. sabe mucho y puede completar su gloria en ese País, difundiéndola a todo el mundo y haciendo felices a muchos millones de hombres».

El libro, con portada del pintor Fernando Núñez, que reinterpreta en clave moderna un retrato de Bernardo de Gálvez atribuido a Goya, incide en los rasgos humanitarios del sobrino de Miguel de Gálvez durante su corta etapa en México.

Manuel Olmedo quiere resaltar «la generosidad» de Pepe Cobos, fundador de El Pimpi, y de la Fundación El Pimpi por hacer posible esta nueva obra, que se presentó en un homenaje a las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil que contó entre otros con la presencia del coronel José Antonio Leiva, subdelegado de Defensa; el coronel Jesús Esteban, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil; el capitán de Navío Javier Gutiérrez, comandante naval de Málaga; el coronel Jesús Canales, jefe de la Base Aérea; el coronel Alfonso Armada, jefe del Tercio Alejandro Farnesio, IV de La Legión;e l coronel del Ejército del Aire Miguel Ángel Gálvez, presidente de la Asociación Bernardo de Gálvez; el coronel Santiago Romero, anterior subdelegado de Defensa y el coronel Carlos Valero, presidente de la Real Hermandad de Veteranos de las FFAA y de la Guardia Civil.