Las pequeñas y medianas empresas malagueñas son víctimas, cada vez de forma más frecuente, de ciberataques y, con ello, se demandan más medidas que estén al alcance de todos los bolsillos. Málaga sufre una media de 1.700 ataques informáticos cada día, lo que la sitúa como segunda provincia de Andalucía con más incidentes de este tipo, solo detrás de Sevilla. Tres de cada cuatro empresas se vieron afectadas por ciberataques el año pasado en España, un país que se encuentra en el ranking como el tercero del mundo con más ataques de este tipo, según el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE). Sin embargo, solo el 37% de las empresas cuenta con algún tipo de plan con el que frenar estos ataques, que no solo afectan a las grandes multinacionales, sino también, cada vez más, a las pequeñas y medianas empresas de todo el mundo. La Confederación de Empresarios de Málaga ha abordado este asunto esta mañana en una sesión formativa que ha reunido a pequeños y medianos empresarios malagueños con expertos en ciberseguridad de KPMG para debatir sobre la gestión de los ciberriesgos en el siglo XXI.

"En el momento en que entramos en la estrategia de digitalización, estamos aplicando nuevas tecnologías, estamos teniendo acceso a muchísima información y todo esto supone asumir ciertos riesgos", ha explicado la vicepresidenta de la Confederación de Empresarios de Málaga, Natalia Sánchez. Además, se trata de ataques que, en los últimos años, se han puesto al alcance de cualquiera.

El experto en ciberseguridad de KPMG, Daniel De Diego, pone de ejemplo que ahora, por 10 o 15 euros, una empresa puede bloquear la web de la competencia en fechas estratégicas de compras que suponen una facturación clave, como el Black Friday. Sin embargo, los empresarios malagueños presentes en la sesión también han criticado que esas medidas de seguridad no están al alcance de los presupuestos de la mayoría de pequeñas empresas de Málaga. De Diego ha argumentado que "hay muchas alternativas" para todos los presupuestos pero que, sobre todo, lo más importante es la "formación y concienciación" en las herramientas gratuitas que ya se están usando en la mayoría de empresas, en las que una pequeña inversión en un asesor en ciberseguridad que aconseje sobre, por ejemplo, qué tipo de nube elegir, supone a la larga una inversión que ahorra muchos problemas.

A esto último se ha referido Natalia Sánchez, quien también ha hecho hincapié en las "consecuencias delicadas" que pueden tener estas acciones, que incluso tienen "responsabilidad penal de las empresas" que no protejan adecuadamente la información de acuerdo al reglamento de protección de datos.