La coordinadora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), María del Carmen Moreno, explicó ayer: «Intentamos que las mujeres que vienen denuncien, pero también deben estar preparadas para denunciar», en relación a que se trata de un proceso judicial largo y tortuoso, en el que se produce la victimización secundaria, y en el que muchas veces la víctima es la única testigo del delito. Lo mismo ocurre en procesos de violencia de género, dado que hay un bloqueo psicológico muy complicado de salvar para muchas mujeres.

«La ciudadanía y las administraciones aún piensan en la mujer como objeto y que es la culpable de esas agresiones porque bebe, se droga, se viste de tal manera, eso provoca que, cuando una mujer sufre esta violencia, siente que nadie la va a creer. Te sientes culpable, mal, te da la sensación de que te van a culpar a ti, y eso hay que desterrarlo», reflexionó Moreno.

En los casos de sumisión química, que se dan más de lo que parece, «con un simple narcótico o una pastilla para dormir la voluntad queda anulada. Hay mujeres que ya han denunciado que han tenido estas agresiones sexuales, no se acordaban de dónde estaban, no saben qué ha pasado y los fármacos y las drogas no duran más de 24 horas si no se acude de forma rápida a realizar los análisis médicos», señaló la responsable del IAM. Recordó que la comunidad es pionera en políticas de Igualdad desde hace casi dos décadas.