No había tantos grados a la sombra en el salón de actos de la Subdelegación del Gobierno desde tiempos inmemoriales. Abarrotado, con una amplísima presencia de representantes políticos y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El calor haciendo acto de presencia sin moderación. María Gámez, nueva subdelegada del Gobierno en Málaga, tomó este martes posesión de su cargo en la provincia y que completa la escenificación que ya se inició la semana pasada con el juramento en Sevilla. A las 18.15, recibió el bastón de mando del delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Gómez de Celis. Posteriormente, dio los primeros detalles de cómo quiere enfocar esta nueva tarea con la que vuelve a la primera línea política: la reivindicación permanente del diálogo y la lealtad institucional entre administraciones. Y un discurso -se apoyó en Victoria Kent- para poner a la mujer en el centro y certificar las intenciones del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez para combatir las desigualdades de género.

«Me siento orgullosa de ser la primera mujer en este puesto en Málaga, pero a la vez confieso que también siento rabia por las que no pudieron serlo antes, y no porque no hubiera mujeres dignas para el cargo, sino porque no las supieron ver», precisó que afronta este nuevo reto con una «enorme ilusión».

A efectos políticos, la llegada de Gámez se produce en un clima de deshielo y normalización de relaciones entre la dirección nacional del partido y el PSOE de Málaga, representado por su secretario provincial, José Luis Ruiz Espejo. Gámez, que confesó que «ni se esperaba ni se imaginaba» su nombramiento, llega con el aval directo de Gómez de Celis y sin previa consulta con la dirección provincial del partido en Málaga.

En su discurso, que sirvió como puesta de largo, Gámez estuvo más centrada en reiterar los principales ejes que se ha marcado el Ejecutivo de Sánchez que en abordar asuntos concretos para la provincia: restituir una política dialogante y feminista, combatir todas las desigualdades para no dejar que nadie se quede atrás, una defensa sin cortapisas de lo público y recuperar la normalidad en las relaciones entre distintas instituciones.

Quien fuera también portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, hizo alusión a la falta de mayorías que tiene el actual Gobierno y aseguró que ahora es el momento de la política con mayúsculas. «Hace más quien quiere que quien puede», añadió, además de asegurar que intentará plasmar esa voluntad en su acción como subdelegada. «Puedo decirles que estoy acostumbrada a escuchar antes de decidir y decidir siempre en el interés general. El diálogo es para mí una inversión: incluso cuando no produce frutos visibles, nunca lo considero un tiempo perdido», explicó.

Industrialización

Entrando, finalmente, en la provincia, Gámez subrayó que la lucha por avanzar en el desarrollo industrial y tecnológico de Málaga debe centrar gran parte de los esfuerzos. Una receta, aseguró, que debe compaginarse con los tradicionales pilares del turismo y la agricultura. Un crecimiento, en todo caso, que debería tener su reflejo en los propios ciudadanos. «No entiendo el crecimiento económico sin justicia e igualdad», sentenció Gámez.

Además de su antecesor en el cargo, Miguel Briones, acudieron al acto, entre otros, el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Málaga, Carlos Conde, así como el vicepresidente de la Diputación, Francisco Salado, y numerosos alcaldes socialistas de la provincia.