No habrá rascacielos en La Térmica. Los nuevos dueños del suelo de la Térmica, el fondo inversor Ginkgo, han dado un giro a la idea inicial y han decidido huir de la gran altura para este sector. El responsable para España de Ginkgo, Antonio Truan, presentó este miércoles al alcalde, Francisco de la Torre el proyecto que ha sido planeado por el estudio de arquitectura del francés François Leclercq que ha realizado "un diseño único en Europa" que sobre los 115.000 metros cuadrados del solar levantará un conjuntos de edificios a modo de islas con una altura que no superá las siete plantas que albergarán las 601 viviendas de renta libre previstas y las 273 de protección oficial, además de un hotel y zonas comerciales y de equipamiento en los que Ginkgo prevé una inversión de 120 millones de euros.

Todo el proyecto está diseñado bajo la primacía de la sostenibilidad ambiental de manera que el espacio en su conjunto se planeta como un eco de la cercana desembocadura o delta del Guadalhorce y en su interior conforma un escenario de islas orgánicas donde junto a los edificios se mezclan la vegetación, las zonas de ocio y los usos comerciales y de equipamiento.

El proyecto deberá además, por exigencias del PGOU, respetar la chimenea de la antigua central térmica y acondicionar una pequeña central térmica que mantiene en un esquina de la zona Endesa, que será recubierta con una especie de piel metálica que la mimetice con el entorno.

El proyecto del arquitecto francés Leclercq fue elegido en competencia con otros cuatro despachos de arquitecturas, dos españoles, los estudios españoles de Carlos Lamela y Carlos Rubio, con el franco-belga Valode et Pistre y con el japonés Sou Fujimoto.

El proyecto de Leclercq, además de plantear un mimetismo con el cercano delta del Guadalhorce en su configuración exterior, plantea una llamativa primera línea de fachada frente al mar donde se levantarán los edificios para las viviendas de renta libre; en la parte este los de protección oficial, mientras que el hotel se levantará también en el ala derecha.

El proyecto se enfrenta ahora a volver a replantear toda la tramitación urbanística después de que una sentencia del TSJA anulara el plan especialde la zona por faltarle el informe de sostenibilidad económica. Ginkgo ha salvado en parte este escollo, de un lado presentando el citado económico y, de otro, presentando recurso contra la sentencia del TSJA, recurso que ha sido admitido a trámite por el Tribunal Supremo que revisará la sentencia.

Mientras llega la decisión del Supremo, y para "no perder ni un minuto", señaló Truan, la promotora, junto con la Gerencia de Urbanismo han puesto en marcha la modificación del plan, lo que en la práctica supone tramitarlo de nuevo, ya que habrá que volver a pedir los informes sectoriales de las distintas administraciones y volver a someterlo a aprobación inicial, provisional y definitiva, para lo que se prevé en torno al año y medio de tramitación. Con ello para septiembre de 2019 Ginkgo podría estar en condiciones de pedir la licencia de obras, que comenzarían con los equipamientos, con lo que la previsión para iniciar la construcción de las primeras viviendas no sería hasta 2021.