«La semana pasada me entró una en casa, la anterior, otra. Ya hemos matado por lo menos cuatro ratas», comenta Conchi Martín, vecina del Camino de los Martínez, en Campanillas. «Isabelita ha matado una en casa», informa el marido de Conchi, quien la pasada semana tenía varias trampas repartidas por su vivienda. No es para menos: en una ocasión uno de estos roedores se comió la boquilla del biberón de su nieto de dos años. «Tengo que estar todo el rato echando veneno, hasta la puerta del patio la estoy cerrando», comenta Conchi Martín.

Como explica Carmela Fernández, presidenta de la asociación de vecinos Evolución de Campanillas, no se trata de un caso aislado sino de una situación por desgracia cada vez más presente en más zonas del barrio.

«En mi casa, estas Navidades, el día 25 maté dos ratas, tenía la casa llena de trampas y de veneno», cuenta la presidenta, que vive en calle Seda. En su opinión, «ratas siempre tenemos en Campanillas pero ahora más que nunca».

En su caso, la presidenta de la asociación cuenta que cada vez que va a echar la basura, «desde la esquina empiezo a cantar, aunque ya he tenido que dejar de tirar la basura por la noche porque aquello es un hervidero de ratas; se ven de 15 a 20. Aquello es tremendo», señala.

En el caso de Óscar González y su vecina Carmen Collazos, de la calle Marianela, la estrategia para echar la basura y espantar a los roedores es dar zapatazos en el suelo. «Yo voy con zapatos cubiertos y la verdad, tengo miedo», reconoce Carmen Collazos.

Tanto ella como Óscar son dos de los vecinos afectados por los continuos cortes de la fibra óptica en la calle Marianela, a causa de las ratas. En concreto, 13 veces desde que Telefónica instaló la fibra hace tres años. La última de ellas, un día después de la visita de La Opinión, la pasada semana.

«Se ve que el cable de cobre no le gusta a las ratas, que era el que teníamos antes», comenta Carmen Collazos, que señala que media calle Marianela se ve afectada por este problema. En su caso, trabaja con un dominio y cada vez que las ratas se comen la fibra, «tenemos que gastar los megas de los móviles y Telefónica a veces tarda una semana en arreglarlo».

En el caso de Óscar González, el problema es más grave porque, como explica, está operado del corazón y el Hospital Clínico le monitoriza a través de bluetooth. Con cada avería, se queda sin ser controlado a distancia.

Los dos vecinos piden al Ayuntamiento que desratice a fondo y localice el foco por el que entran los roedores al subsuelo.

En tierra de nadie

Para empeorar la situación, Telefónica aduce que se trata de un problema municipal, mientras que el Ayuntamiento informa de que el problema lo tiene Telefónica y no puede echar veneno.

La presidenta Carmela Fernández pide al Consistorio y a Telefónica, «que se aclaren», a la vez que señala que el foco principal de ratas viene del vecino arroyo de la Rebanadilla, que será embovedado en breve pero de forma parcial. La vecina calle Fausto, frente al arroyo, también padece estos animales.

Para el concejal socialista Sergio Brenes se trata «de la misma situación de todos los años. El Ayuntamiento no hace trabajos preventivos para el control de plagas como el vallado de solares, eliminación de maleza o limpieza de cauces». El edil recordó que sólo hay «cuatro personas para el control de plagas y un presupuesto raquítico en una ciudad como Málaga, con 570.000 habitantes».

El concejal de Medio Ambiente, José del Río, informó el viernes de que, tras las quejas, se había puesto en marcha el proceso para la desratización.

En concreto, el director general de Medio Ambiente, precisó que hace cerca de un mes -según informó el viernes la empresa de desratización- el distrito de Campanillas ya había sido desratizado.

En todo caso, informó de que la empresa se pondrá en contacto con la asociación de vecinos para actuar en las zonas del barrio que denuncian.