Juan González, con 20 años de experiencia en el sector del taxi, asegura en conversación con La Opinión que el cabreo generalizado es el resultado de una acumulación de provocaciones. Lamenta que el Gobierno no haya puesto freno a la proliferación desmedida de licencias VTC, por encima de la ratio 1/30, y advierte del peligro de darle terreno a unas empresas que, según él, vienen a "descapitalizar" el país y a poner en riesgo los derechos conquistados de los trabajadores.

¿Por qué el taxi malagueño ha decidido, finalmente, sumarse a la huelga?

Por una razón muy lógica: el taxi malagueño también es víctima de lo que está pasando con la irrupción de plataformas como Uber o Cabify. Esto no es una huelga por solidaridad con los compañeros de Barcelona o Madrid. Esto, en el fondo, es una huelga porque el taxista de Málaga está tan perjudicado como ellos. Si bien es cierto que la movilización siempre tiene que iniciarse en algún punto. El año pasado, recordemos, se inició en Málaga.

Siempre argumentan que sólo piden que se cumpla la ley con las VTC. ¿En qué, concretamente, no se está cumpliendo?

Habría que preguntarse más bien en cuántos aspectos no se está cumpliendo. Para empezar, está el aspecto primordial. No se está cumpliendo con la proporcionalidad. Hay una sentencia del Tribunal Supremo que avala que tiene que haber una VTC por cada treinta taxis. Esto, el Gobierno no ha logrado controlarlo bien, y se han disparado las licencias VTC. Así, nos encontramos en la situación que nos encontramos. Esta gente ha ido canibalizando todos los servicios, actuando como taxis, cuando eso no es el fin para que se creó la VTC. Tenemos un problema de intrusión. La VTC tradicional, que lleva toda la vida operando en Málaga, siempre ha cumplido la ley. Pero estos señores llegan con una reglamentación propia que consiste, precisamente, en no respetar la reglamentación que hay. Cogen a clientes a mano alzada, recogen servicios totalmente fuera de la ley, sobre todo, en la zona del aeropuerto.

¿Los coches de Uber y Cabify no puede circular libremente por las calles?

Pueden circular libremente. Lo que sí genera mucho debate es si lo pueden hacer con la aplicación abierta o con la aplicación cerrada. Cuando se hizo la ley, no existía todo este tipo de aplicaciones. Una de las cosas que tendremos que conseguir, es que la ley contemple todos estos avances tecnológicos. Trasladar una ley hecha hace 30 años a hoy, hace que pierda su sentido. Estas empresas puede hacer la captación ilegal sin la necesidad de estar presentes físicamente.

¿El taxi paga impuestos en España y estas empresas no?

Es una de las cuestiones que más nos duele. Estamos ante una especie invasora que se ha metido aquí para comerse a la otra. Hemos permitido que llegue aquí una empresa extranjera, se quede con el dinero de los usuarios y lo mande a paraísos fiscales. Vía Delaware, vía Irlanda, bien vía Islas Galapagos. Estas empresas, al final, están descapitalizando el país. Si se expanden demasiado, lo que el usuario no tributa aquí, ya sabemos a qué nos lleva. Uber y Cabify da agua, el taxi da escuelas, sanidad y prestaciones sociales. El usuario no debe pensar sólo en lo que le sale más barato sino que debe pensar en el futuro. Todo lo que han conseguido nuestros padres y abuelos, estas empresas van a acabar con ello. A este paso, nos vamos a ver como en Estados Unidos, donde se han cargado el servicio de taxi y si te pones malo y no tienes dinero, pues te mueres en la puerta del hospital. Creo que estamos a tiempo de remediarlo.

Los conductores de Uber y Cabify aseguran que salen con miedo. ¿Qué siente al respecto?

Yo entiendo que es una reacción muy lógica. Pero la culpa de ese miedo la tienen sus empresas. Uber tiene una estrategia perfectamente diseñada a nivel mundial. Consiste en desembarcar como un elefante en la cacharrería. Llegan con una flota bestial y contratan a conductores que no tienen ni idea del transporte público. Ni cómo se funciona en las grandes infraestructuras como pueden ser los aeropuertos. Les pagan una basura, pero, eso sí, los echan a trabajar. Como la empresa no les da la formación adecuada, este señor sale a la calle cometiendo infracciones. Quizá, la mayoría de las veces, sin tan siquiera darse cuenta. Pero esas infracciones se convierten en provocaciones al taxi. Una provocación prolongada en el tiempo produce un estado de cabreo y un estado de cabreo produce la situación en la que estamos ahora.

¿El taxi es un sector que se cierra a la competencia?

Es un error pensar eso y lo desmiento rotundamente. El taxi, en los últimos diez años, ha tenido un cambio a nivel tecnológico bestial. Lo que pasa es que de cara a la sociedad, pues no se perciba tanto. A nivel flota de vehículos, estamos en Málaga en una flota muy cercana al 50% de vehículos híbridos. Eso hace diez años era impensable. Ni siquiera estas flotas tienen este tipo de vehículos. Tienen dos o tres de escaparate, pero los demás vehículos son todos diésel. Lo que pretendemos es darle más confort al usuario. Los taxímetros que tenemos están cada vez más desarrollados tecnológicamente. Lo que antes era el taxímetro de toda la vida, ahora van integrados en el propio espejo retrovisor.

¿Qué tiene que pasar para que los taxistas malagueños cesen el paro?

Pues tendrían que darse muchas circunstancias. Nosotros no estamos directamente implicados en la negociación. No estamos en Madrid. Entendemos que dependemos de lo que nos digan nuestros compañeros desde Madrid. Si nuestros servicios jurídicos nos confirman que con lo que aporta Fomento es suficiente para desconvocar la movilización, pues tendremos que hacerlo así. Si ellos entienden que la postura de Fomento es la adecuada, nosotros absorbemos esa postura.