­Siempre han estado ahí. En los días buenos, en las vacaciones, en los días libres, en verano, primavera e incluso algunos en otoño e invierno. Recorren el litoral malagueño, los hemos visto cambiar y modernizarse y ellos nos han visto crecer a nosotros. Fieles embajadores de un estilo de vida, de una gastronomía, de un carácter y una cultura y aunque podemos encontrarlos en todas las playas del país, no hay duda de que los chiringuitos son de Málaga y nosotros somos de ellos.

La palabra chiringuito procede de Cuba, donde se utilizaba para denominar a la forma de consumir el café en las plantaciones: con una caña y una media, salía filtrado mediante un chorro o chiringo. La expresión «ponme un chiringuito» comenzó a expandirse y llegó a Sitges (Cataluña) donde un negocio que se nutría de indianos y viajeros la tomó como nombre del local y se popularizó.

No obstante, el primer chiringuito de España nació en 1882 en Málaga cuando Miguel Martínez Soler, conocido como Miguelito «er de las sardinas» construyó en el barrio malagueño de El Palo el Merendero Gran Parada, al que acudieron clientes como el rey Alfonso XII en su visita a Málaga en 1885. La historia cuenta que «el padre de los espetos» no tuvo reparo en corregir al rey cuando éste cogió el cuchillo y el tenedor para probar el manjar y le indicó que lo hiciera con los dedos.

En aquellos años Miguel Martínez se encargaba de pescar, vender el pescado en la calle y cocinar los espetos. Años después la familia Martínez siguió con la tradición y su sobrino Pedro Martínez Román abrió en 1927 un merendero a pie de playa conocido como Casa Pedro, que estuvo activo hasta 2009.

Los chiringuitos forman parte de nuestra historia y con el paso de los años fueron apareciendo cada vez más, como los míticos Lirio, Cabra o Morata. También nacieron barrios como La Carihuela, en Torremolinos, conocidos popularmente por ser uno de los más importantes para los chiringuitos de la Costa del Sol.

En 2018, cuando se cumplen 136 años del nacimiento de estos establecimientos en nuestra provincia, la Asociación de Empresarios de Playas de Málaga (AEPM) lanza la campaña Somos de Nuestros Chiringuitos con un objetivo común: reivindicar el papel de los chiringuitos en la Costa del Sol, ya que se han convertido en un reclamo turístico más y son parte de la identidad de la provincia de Málaga.

Como parte de la campaña, la Asociación ha creado un decálogo conjunto en el que se reclama el protagonismo de los chiringuitos en el turismo y se proyectan las funciones que tienen estos establecimientos en la Costa del Sol.

Entre los objetivos comunes que se reflejan en dicho decálogo se encuentran: recibir al turista con una sonrisa, ser un estado mental para los viajeros que acuden a relajarse a las playas, ser un oasis de libertad en el que no hay cabida a convencionalismo, ser un espacio seguro, genuinamente auténtico,que crece e innova apostando por la profesionalidad y el respeto al entorno desde que nacieron.

Asimismo, se realizó un video promocional en el que los chiringuitos defienden su origen y pretende trasladar, a los distintos públicos, que son parte de nuestras vidas recordando que : «somos de un lugar, de nuestra familia, de un equipo de fútbol, somos de un estilo, de un sabor, de nuestras manías y no, no cambiaríamos esto por nada del mundo. Como tampoco cambiaríamos a nuestros chiringuitos».

Coincidiendo con la celebración del primer Día del Chiringuito, el pasado 27 de junio, la campaña fue lanzada junto Turismo Costa del Sol, en un acto en el que se valoró el esfuerzo que han realizado los chiringuitos malagueños para adaptarse a las nuevas realidades, a través de una mejora continua de sus instalaciones y servicios y se destacó la importancia de la gastronomía y del pescaíto frito, paella y los espeto de sardinas de cara al turismo.

Manuel Villafaina, presidente de la Asociación de Empresarios de Playas de Málaga y responsable de esta campaña, comenta a La Opinión de Málaga, que «la gastronomía que se da en los chiringuitos de la Costa del Sol y la variedad de ella, es la razón por la que los turista vuelven a esta zona para pasar las vacaciones».

En este sentido, Villafaina revela que este proyecto se ha creado con el objetivo de «poner en valor la labor que realizan todos los chiringuitos de la Costa del Sol en el sector turístico y la capacidad de emprendimiento y su compromiso con el desarrollo sostenible».

La campaña se ha planificado para que pueda ser visualizada en diferentes medios y soportes y através del espacio https://somosdenuestroschiringuitos.com con el fin de que todo el mundo entienda que los chiringuitos, por mucho que pasen los años, siempre serán más que un restaurante y más que un espacio físico.

Los chiringuitos son y serán siempre un concepto, un estilo de vida y un sinónimo de libertad, de playa, de sol, de vacaciones pero sobre todo son y serán una seña de identidad de Málaga.