Un pequeño reactor con cinco personas a bordo sufrió hace unas semanas una incidencia mecánica después de despegar del aeropuerto de Málaga por la que se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia poco después en Sevilla. La tripulación tomó esta decisión tras comprobar que el sistema hidráulico del avión, fundamental para controlar elementos como el tren de aterrizaje o los flaps, indicaba una importante pérdida de presión.

Los hechos, que han salido a la luz, se produjeron el pasado 7 de julio. La aeronave, un Learjet-45XR operado por la portuguesa Airjetsul, despegó por la mañana del aeropuerto de Málaga con destino a Cascais, ciudad situada al oeste de Lisboa. Sin embargo, cuando el aparato se encontraba en fase de crucero y alcanzó el nivel de vuelo FL320 (casi 9.800 metros) situándose a unos 11 kilómetros al este del aeropuerto de Sevilla, «la tripulación detectó una pérdida significativa de líquido en el sistema hidráulico principal de la aeronave», reza el informe.

Tras las sucesivas alarmas mostradas en cabina, que indicaban una «disminución de presión de líquido hidráulico constante», la tripulación decidió desviarse de su rumbo inicial para realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto más cercano. Para ello, solicitaron la correspondiente autorización para el desvío al aeropuerto de Sevilla, donde finalmente aterrizó sin incidencias «aunque utilizando la extensión manual del tren de aterrizaje». El informe concluye que los dos miembros de la tripulación y los tres pasajeros resultaron ilesos y que la aeronave no sufrió daños.