Mientras las cifras de nacimientos están en declive en los últimos años, la maternidad resurge con más fuerza, una unión entre madre e hijo que se afianza a través de la lactancia materna, un momento único y repleto de beneficios para ambas partes pero que en ocasiones se convierte en un infierno o llena de frustración a quien no puede darlo o debe dejarlo.

Dar el pecho es una de los momentos clave del inicio de la maternidad, la primera vacuna, como muchos expertos detallan, pero que en ocasiones esconde infinitas dudas que surgen sin más cuando el bebé ha llegado al mundo. Libros, artículos y preparación previa que quedan en nada.

Asesora en lactancia, maternidad y educadora en disciplinas positivas para la familia, Azucena Manzanares explica que el vínculo emocional entre madre y bebé es uno de los grandes beneficios de dar el pecho. «Es también un factor de protección contra los cánceres femeninos -mama y ovarios- y está lleno de nutrientes», expone. Además, es una barrera ante posibles otitis, diarréas, enfermedades respiratorias, obesidad o diabetes, entre otras enfermedades. Sin embargo, apoyar a las madres en este momento crucial aún es una asignatura pendiente, según expone Manzanares, que vivió esta situación en primera persona hace tres años cuando se estrenó en la maternidad. «Lo pasé fatal hasta que a los dos meses y medio encontré la figura de la lactancia. A partir de ahí decidí formarme para ayudar a las madres», explica.

«Hay cuatro problemas principales por los que una madre no puede dar el pecho y son el dolor y las grietas que dan lugar a la mastitis, el supuesto bajo peso del bebé y que tienen poca leche. Todos se pueden solventar», resume; una práctica que evita también la depresión posparto. Detrás de una mastitis puede haber un problema en la boca del bebé, o hacer hincapié en que la leche sube a través del estímulo del bebé, son algunas respuestas que las madres necesitan en ese momento. «Que dar el pecho duele, que no se puede medicar cuando da el pecho o que no sube la leche cuando está dando el calostro son algunas de los mitos que hay en torno a la lactancia», informa esta asesora que lidera además un grupo de apoyo en el Hospital Virgen de la Victoria. Un mundo de dudas e incertidumbres que surgen también cuando la mujer se incorpora al trabajo y que no sabe cómo hacer un banco de leche correcto o compatibilizar con leche artificial. Una falta de información y de ayuda, según expone, que pone de manifiesto que aún queda mucho por hacer. «Un dato; solo el 20 por ciento da lactancia exclusiva, el resto es artificial o mixta». La Organización Mundial de la Salud recuerda que, los primeros seis meses de vida, el bebé solo debe tomar leche. A partir de ese momento, hasta los dos años ,se alterna con otros productos y, después, como la madre y el bebé decidan. «Yo le doy una o dos tomas; para dormir o cuando se cae. Es como su refugio», expone Azucena que inciden en que, a diferencia de lo que se pueda pensar, los niños que durante más tiempo toman el pecho son después más independientes y seguros.

Los hospitales, concienciados

Los profesionales de los hospitales públicos cada vez están más concienciados de la necesidad de ayudar a la madre a dar el pecho durante las primeras horas de vida y cada vez cuentan con personal más cualificado.

La coqueta y pequeña planta de maternidad del Hospital Virgen de la Victoria es una de las más vanguardistas en este momento. Con cerca de 1.700 partos al año, el personal de esta área está organizado de tal manera para que las estancias tras el parto no duren más de 24 horas y las madres salgan del centro dando el pecho, siempre y cuando no surja ningún problema. «El 92 por ciento de las madres a las que se les da el alta temprana en 24 horas se van con la lactancia materna», expone la supervisora de maternidad, partos y neonatos del centro, Victoria del Moral. Un trabajo por el que están en proceso de la acreditación del Programa IHAN (Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la lactancia). «Cuando la mamá está relajada dando el pecho y el bebé come sin irritarse ya está lista. A partir de ahí recomendamos los grupos de apoyo», explica a supervisora.

En el Materno Infantil tienen una actividad más frenética y se enfrentan a todo tipo de partos y posibles complicaciones; es ahí donde culmina todo lo que no va bien. «Aquí tenemos niños que nacen a las 34 semanas y pesan 1.800 gramos, por poner un ejemplo», detalla la enfermera especialida en lactancia Mari Carmen Martín. Aun así, desde hace tres años cuentan con dos enfermeras especializadas que al día visitan a una media de 40 madres para asegurarse de que el proceso de agarrar el pecho culmina con éxito. López es una de ellas y asegura que el 95 por ciento de las madres salen con lactancia materna y se han reducido en un 75 por ciento los biberones artificiales. «La Organización Mundial de la Salud recuerda que la lactancia sava vidas y hace hincapíe en que es un seguro de vida. En el Materno ya están en todo momento apoyadas en un momento como es la lactancia,s obre todo si son primerizas», reitera la enfermera López.