Son pocos los que aún sin haber terminado la carrera de Medicina y solo 23 años pueden decir que ya han pasado como observadores invitados por hospitales de Carolina del Norte o Nueva York, ambos en EEUU. Sofía es una de ellas y promete complementar su residencia en Madrid con formación en el extranjero.

Esta malagueña reside en Madrid, donde en breve comienza sexto de Medicina en la Universidad Complutense, sin embargo, su currículum difiere de gran parte de sus compañeros gracias a diversas prácticas al otro lado del charco.

Acaba de llegar de una experiencia como voluntaria en Honduras durante el mes de julio y esta joven tiene claro que quiere dedicarse a la cirugía. «El año que viene es difícil porque tengo que hacer el Trabajo Fin de Grado, el curso y comenzar a estudiar para el MIR», resalta mientras se toma unas semanas de completa desconexión en su ciudad natal. Ahora son días de playa y relax.

La clave para disfrutar de los últimos veranos entre pasillos de hospitales lejos de casa ha sido el inglés. Con buenas notas desde pequeña, mientras cursaba la Secundaria en el Colegio Sagrado Corazón-Esclavas, su familia decidió que durante un año ingresara en un internado en Canadá para afianzar el idioma, una opción que conocían gracias a tener familia en el país. «Era una oportunidad para aprender y desarrollarme personalmente», resalta.

A la vuelta ingresó en el British College de Benalmádena para hacer lo que equivaldría a Bachillerato pero por el sistema Cambridge Assessment International Education. Un sistema a través del cual ha sacado durante dos años la mejor nota del mundo en la asignatura de Psicología. «Yo creo que era por ser lo que más se parecía a Medicina», explica. Una profesión que desea ejercer desde pequeña y en la que ha encontrado el verdadero valor de ayudar en Honduras. «Creo que me viene porque en Las Esclavas siempre nos decían que había que ayudar», expresa.

Tras sacar notas envidiables en los exámenes equivalentes a la Selectividad y hacer los trámites necesarios para convalidar el título, Sofía entró en primero de Medicina en Madrid hace cinco años. Sin querer perder el tiempo ni un segundo, aprovechó el contacto de un familiar para proponer hacer prácticas en el Wake Fosert Baptist Medical Center de Winston-Salem en Carolina del Norte. Un verano en el departamento de Hematología que le ha valido para ver nuevas formas de trabajar y que ha ampliado durante dos años más en el departamento de Anestesiología y en Cardiología y Genética con el doctor Hoshida en el Mount Sinai Hospital en Nueva York. Un sueño hecho realidad y un hospital al que espera regresar en los próximos años para seguir formándose. Además, esta experiencia le ha valido para conocer otra forma de trabajar que le ha gustado. «En los grupos de discusión no intervenía pero estaba siempre presente y eso me ha aportado mucho», afirma.

Su última estancia en el departamento de genética le sirvió para introducirse en la investigación hepática; tema sobre el que tratará su trabajo de grado y que llevará a cabo en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón.

Aún le quedan muchos días levantándose a las cinco de la mañana y jornadas maratonianas para hacer su sueño realidad: Ser cirujana y trabajar en algún hospital de Madrid o Málaga. Mientras tanto disfruta al máximo sus años de formación y ya tiene un próximo objetivo. Entre que hace el MIR y entra como residente no descarta la posibilidad de hacer un nuevo voluntariado. Su paso por Honduras con la Asociación Colaboración y Esfuerzo, donde por las tardes daba clases y por las mañana ayudaba en la clínica o hacía visitas médicas a personas que podía hacer 30 años que no veían un médico, ha sido una experiencia que desea repetir. «Yo he sido muy útil para ellos pero yo he aprendido mucho más de ellos», señala.