Mientras que la mayor parte de España sigue en alerta por las altas temperaturas que se están registrando en el mes de agosto, los expertos insisten en que la exposición al sol y el calor pueden alterar nuestros organismos y sobre todo, afecta -si no realizamos los cuidados necesarios- a nuestra piel.

Con la llegada del verano, la capa superficial del cuerpo queda expuesta continuamente a la acción del sol y no realizar cuidados específicos para su protección puede acarrear problemas como melanomas, arrugas, manchas que son difíciles de quitar, quemaduras o vejez prematura.

Usar protector solar cada día durante los meses de verano es fundamental. Además, dermatólogos como el doctor Silvestre Martínez recomiendan utilizar una crema específica para la cara y otra para la piel del cuerpo, ya que ambas partes requieren cuidados diferentes, del mismo modo que comenta la importancia de conocer qué tipo de piel tenemos para poder buscar una buena crema que se adapte a nuestras necesidades.

«Lo fundamental a la hora de comprar un protector solar es conocer nuestra piel, si es de pigmentación clara u oscura, si es seca o grasa... En el mercado hay una gran variedad de cremas para poder elegir, dependiendo del uso que le vayamos a dar o de nuestras necesidades», señala el especialista.

Además, el doctor Martínez, jefe del servicio de Dermatología del Hospital Quirón Salud, explica que el factor de protección que hay que escoger también debe de depender del fototipo de nuestra piel: «El índice de protección depende de la edad de la persona y de predisposición que tiene -si toma medicamentos que afecten a la piel o si hay antecedentes de problemas dermatológicos, entre otros-. No es lo mismo tampoco la piel de un bebé, que es más delicada y necesita mayor cuidados que la de los adultos».

Por otro lado, para evitar los daños causados por los rayos UV/UVA, que provocan quemaduras, arrugas, manchas, vejez prematura o cáncer de piel, los expertos hacen hincapié en la prevención. «Cuando llega el primer mes de verano la gente quiere estar moreno inmediatamente y después de todos los meses de invierno no proteger la piel creyendo que así el moreno será instantáneo es un error que puede tener graves consecuencias».

En este sentido, existen dos tipos de cáncer de piel. El melanoma y el carcinoma. El primero se hace presente en la piel a través de los lunares. «En los últimos años este tipo de casos ha aumentado considerablemente. Normalmente son lunares que se ponen feos porque en su interior está habiendo una metástasis», explica Martínez. Las quemaduras del sol hacen que en el 30% de los casos este cáncer aparezca en lunares que ya teníamos anteriormente en nuestro cuerpo y en el 70% se hacen visibles en nuevos lunares. «Hay que estar muy pendientes de si nuestros lunares cambian de forma o color. Cuanto antes se diagnostique antes se puede curar», puntualizada el doctor. En el caso del segundo tipo no son tan graves como los melanomas -ya que son menos agresivos- pero aún así hay que tratar de cuidar nuestra piel para que no aparezcan y causen problemas a largo plazo y evitar las horas en las que la incidencia del sol es máxima (de 12.30 a 16.30 horas).

Aunque en verano se aconseje incidir más en el cuidado de la piel, la rutina a lo largo del año es lo que garantiza tener una piel sana. La hidratación es fundamental, ya que además de aliviar en las horas de más calor, beber mínimo un litro de agua al día hace que tengamos rostro más sano de forma natural.