El mes de septiembre será clave para perfilar la confluencia con la que quieren acudir IU y Podemos a las elecciones municipales de 2019. Es la fecha elegida para retomar los contactos entre ambas direcciones y empezar a perfilar en detalle una candidatura a la que, a día de hoy, le quedan aún muchas flecos por resolver. Para ayer, había anunciada una rueda de prensa en la sede de IU a la que iban a asistir el coordinador provincial de IU, Guzmán Ahumada, y el secretario general de Podemos en Málaga, Alberto Montero. A la cita también iba a acudir el coordinador regional de IU en Andalucía, Antonio Maíllo. Finalmente, esta rueda de prensa se abortó a última hora de este martes, aduciendo motivos de agenda.

Dejando de lado cualquier idea de querer escenificar un acercamiento entre los futuros interlocutores, la intención de Maíllo de conocer en primera persona la situación específica en Málaga prueba el interés que genera este proceso. Lo previsible es que inicie en las próximos semanas una ronda de contactos en todas las provincias. El croquis inicial ya está fijado por las direcciones regionales de ambos partidos y establece que cada uno celebre primero unas primarias, y que los respectivos ganadores se vuelvan a medir luego en unas primarias cruzadas para dar con el candidato a la alcaldía para Málaga. En el caso de IU, el actual portavoz de IU-Málaga para la Gente en el Ayuntamiento, Eduardo Zorrilla, ya ha confirmado sus aspiraciones a liderar a la futura candidatura de confluencia. En el caso de Podemos, se ha tentado al propio Montero, aunque, hasta ahora, ni ha afirmado ni ha desmentido.

Fuentes de Podemos ajenas a la dirección han llegado a asegurar a este periódico que ya hay una especie de preacuerdo cerrado que le garantizaría los dos primeros puestos de salida a la formación morada, dejando el tres y el cuatro para IU, y el cinco, de nuevo, para Podemos. Un extremo que ha sido desmentido rotundamente por IU. Fuentes directas del partido han admitido que es verdad que las alarmas ya han sonado en el seno del grupo municipal, pero que esta posibilidad está fuera de cualquier realidad negociadora. «Nosotros tenemos a dos concejales ahora mismo en el Ayuntamiento, Podemos, si apuramos la condición del concejal no adscrito, ninguno», manifiestan para hacer valer su peso.

Es verdad que el documento ratificado por ambas direcciones fija un marco común, pero luego permite, a su vez, que cada ciudad o municipio sea tratado de manera específica. O sea, si existiera un sintonía para diseñar la lista con la que concurrir a las elecciones, no haría falta celebrar unas primarias. Este acuerdo, a día de hoy, está lejos de producirse. Hay que contar, además, con el factor de Málaga Ahora. Hasta ahora, la formación municipalista, liderada por Ysabel Torralbo, no ha despejado la duda de si acudirá por su cuenta a las urnas o si intentará unirse a la confluencia propuesta por IU y Podemos.

Los intereses cruzados de cada actor son una característica que traspasa a la de la dificultad velada. El propio coordinador federal de IU, Alberto Garzón, apeló en una entrevista con La Opinión a la unidad, pero admitió, su vez, que será «difícil» lograrla. El mes de septiembre se ha fijado, en este sentido, para tender puentes. En el caso de que se acaben dinamitando, en IU lo tienen claro: dos listas plancha y que decidan los militantes. Los más votados de ambas listas configurarían la candidatura unitaria definitiva.