Deportes Zulaica, la mítica tienda de la calle Calderería que se ha convertido en la meca de los corredores malagueños, echará el cierre a finales de septiembre por la jubilación de sus dos propietarios, Juan Trujillo y Antonio Bonilla, que regentan el negocio desde 1972, es decir, 46 años, cuando se hicieron cargo del mismo después de la jubilación y el fallecimiento de algunos miembros de la familia creadora del comercio, los Zulaica Beltrán.

Mientras ambos propietarios atienden a este periódico no paran de entrar corredores en busca de las zapatillas ideales para correr o andar y el pequeño local que acoge Deportes Zulaica, en la concurrida calle Calderería, se convierte en una tertulia deportiva. Los dueños, con una sonrisa, confirman su jubilación en poco más de un mes, un descanso merecido después de toda una vida dedicada al servicio de los deportistas. Años en los que, para sobrevivir al asedio incesante de las grandes superficies comerciales y la venta 'on line', han debido especializarse en el atletismo (fundamentalmente en carreras y caminatas) y convertirse en los mejores asesores de sus clientes.

La primera tienda de Deportes Zulaica abrió en 1940 en calle Echegaray y la actual, en Calderería, en 1950. «Nosotros éramos empleados de la antigua Zulaica, aquí llevamos 46 años, al jubilarse la antigua familia nos quedamos con la tienda», precisa Antonio Bonilla, quien muestra orgulloso la licencia de apertura del primero de los negocios y fotos de la vía que los acoge en la década de los cuarenta. «Los cambios en estos más de cuarenta años han sido tan grandes... de empezar vendiendo escopetas y materiales de caza y pesca o algunos artículos relacionados con el fútbol a convertirnos en especialistas para los corredores», relata.

Reconoce atribulado que se han convertido en un referente para los corredores, tanto los de élite y federados como las populares. «Llevamos mucho tiempo vendiendo cosas para ellos; lo que más nos piden es asesoramiento, porque son muy importantes las zapatillas según el tipo de competición del que se trate, medias maratones, maratones u oposiciones. Además, nosotros mismos somos corredores y esa experiencia y formación se la hacemos llegar a los corredores», recalca.

Aconsejan el tipo de zapatilla más adecuado para andar o para correr según la fisonomía del corredor o los tipos de pisada. «Ha sido una evolución grande, la gente ya practica el atletismo para tener salud, antes sólo había fútbol; ahora el running y andar son maneras de hacer deporte, buscan estar más sanos, disfrutar de su tiempo libre, porque la ventaja de correr es que lo puedes hacer cuando tienes un hueco», aclara Bonilla.

Su compañero habla poco y se afana en atender a los clientes que llegan, pero asegura que muchos corredores se han emocionado al enterarse de su adiós y recuerda que, además de escopetas, se vendían décadas atrás artículos de deportes como el pimpón o el críquet. Ahora, sobre todo zapatillas y camisas.

«Nos jubilamos», dice Bonilla sin entrar en más explicaciones, un silencio que encierra una fuerte lucha contra la competencia de las franquicias que han tomado el Centro y contra las ventas por internet, un gigante siempre hambriento al que ellos han hecho frente porque muchos corredores prefieren comprarse allí las zapatillas. «Hay quien nos llama diciendo que no cerremos, que le esperemos, porque ha aparcado en calle Carretería», relata Trujillo. «El comercio tradicional lo tiene complicado por la venta on line y los negocios que estamos en el Centro lo tenemos todavía más difícil por el encarecimiento de los alquileres; la irrupción de la hostelería se ha cargado toda la madeja comercial que había en el Centro, es complicado encontrar pequeños comercios en la zona», recalca Bonilla.

Antonio Bonilla es corredor y, por ejemplo, ha hecho multitud de medias maratones y hasta ha participado en la maratón de Nueva York. Sabe de lo que habla. «Los corredores no se lo creen», dice, aunque se muestra agradecido por la fidelidad que les han dispensado. «Para subsistir nos especializamos en correr; el que viene repite, porque venir al Centro es una odisea». Ambos explican que los aparcamientos públicos se saturan en fechas señaladas, tales como Navidad, algo que les pone las cosas más difíciles, un muro que ellos han salvado con profesionalidad y cercanía.

De escopetas a zapatillas

Bonilla, de cualquier forma, sigue insistiendo en los cambios sociológicos y deportivos: «La incursión de la mujer en el deporte, antes las chicas no compraban zapatillas y ahora hay muchísimas. Antes vendíamos escopetas y ahora vendemos zapatillas. Han pasado cuarenta años y al que se lo digas no se lo cree».

Las anécdotas en estos años han sido miles: han vendido zapatillas a atletas olímpicos y de élite, a muchos campeones de España o a marchadoras de renombre, aunque prefieren evitar mencionarlos por discreción. «Correr en unos Juegos Olímpicos no es una broma, ¿eh?», dice Bonilla, para añadir luego: «Fíjate que ya no quedan los grandes almacenes del Centro, con la venta on line la gente se vuelve más cómoda, si son capaces de pedir un café imagínate unas zapatillas o una camiseta».

«Los corredores dicen que es una pena, no se lo creen, porque aparte de ser una tienda Zulaica es ya una institución, muchos vienen aquí a comprar sus zapatillas y tenemos un surtido muy amplio», destaca, conformado por quince o veinte modelos. Aman este deporte. «El tema de correr va relacionado con la participación y el reto es hacer carreras, es más que el simple hecho de ganar, aquí hablamos de un reto personal, con terminar las pruebas la gente está encantada», concluye Bonilla.