La Junta de Andalucía ha anunciado que a partir de septiembre asumirá los implantes cocleares bilaterales en menores de entre 0 y 7 años. Una medida que la Asociación de padres y amigos de los sordos (Aspansor) de Málaga recibe con escepticismo y exige que se amplíe la edad para que se puedan beneficiar más menores y que cubra también otras necesidades que tiene el colectivo.

La noticia saltó durante el fin de semana, al asegurar la institución pública que 110 niños se podrán beneficiar de esta medida al año en la región andaluza y que tendrá un coste de 3,5 millones de euros. Hasta ahora, a los menores que requerían de estos implantes para oír solo se les ponía uno.

El presidente de Aspansor y vocal de la Federación andaluza de personas sordas (FAPAS), David Medina, ha asegurado que del total de menores que en Málaga se podrían beneficiar de esta medida, solo el 30 ó 40 por ciento podrán someterse a la operación, al superar el resto la edad límite establecida por la Junta. «Pueden llevar implantes cocleares los menores con pérdida auditiva severa o profunda», explicó el presidente.

Asimismo, la asociación exige que, además de ampliar la edad para someter al menor a la intervención, se cumpla con los requisitos que ya recoge la ley como es la renovación o reparación de los equipos de los menores cada siete años y que hasta ahora no se cumple, según expuso el presidente de Aspansor, y en muchos casos es insuficiente ante las reparaciones que puede requerir el producto o la falta de actualización de los equipos, a pesar de contemplarlo la ley. «Hay dispositivos cada vez más pequeños, con mejor batería y acoplamiento», resume Medina.

El pasado mes de julio, el sector mantuvo una reunión con la secretaria de Farmacia de la institución pública, un encuentro en el que expusieron sus necesidades aunque desconocían que se iba a anunciar esta medida, según indicaron. Un encuentro en el que detallaron también la necesidad de ayudar a las familias con menores a los que se les han puesto implantes cocleares para sacar el máximo rendimiento y poder asumir el gasto que todo ello supone de manera mensual y anual.

Una de las peticiones más demandadas es facilitar las clases con un logopeda tras la intervención. Un apoyo necesario para que el menor hable con facilidad y aprenda a diferenciar los sonidos de aquellas palabras que se parecen; un apoyo necesario para normalizar sus vidas. Solo esta ayuda tiene un coste de entre 320 y 380 euros al mes y se recomienda que los pequeños vayan a clase hasta los 13 años.

A esta ayuda de varios días a la semana se suma asumir el gasto en pilas para que puedan tener los equipos encendidos el máximo de horas, unos 45 euros mensuales. «Hay familias que solo los pueden tener encendidos cuando los niños van al colegio o salen fuera», explica Aspansor. Y es que la puesta en marcha y el mantenimiento del equipo exige un gasto económico que a muchas familias les cuesta asumir. El cable que va del procesador a la bobina se cambia cada año y medio y tiene un coste de 250 euros, mientras que los micrófonos cuestan 90 euros y es necesario cambiarlos una vez al año. «Es una barbaridad y lo tienen que asumir las familias», detallan.

El único accesorio que costea la Junta de Andalucía a estas familias es el cambio de bobina cada tres años, un producto que tiene un coste de unos 300 euros, y que, según algunos afectados, la institución paga con retraso de más de medio año, por lo que las familias deben disponer del dinero.

A estas peticiones le suman que la Consejería de Educación imparta la formación necesaria al profesorado para que sepa cómo ayudar a estos menores y facilitar su día a día lo máximo posible.