­No se van a quedar con los brazos cruzados. Los taxistas malagueños tienen claro que volverán a movilizarse en la calle si el mes de septiembre no se salda con un acuerdo entre el Ministerio de Fomento y la Junta de Andalucía y se formaliza la cesión de las competencias para regular a las VTC (vehículos de alquiler con conductor). Así lo manifiestan a través de las diferentes asociaciones que representan a los más de 1.400 profesionales que trabajan sólo en la capital, y que ahora sienten que están a las puertas de un mes que será clave para el sector, y que sólo ofrece dos salidas: dibujar un horizonte de paz o, por contra, la vuelta a la protesta en la calle. Con el ruido todavía de fondo de la huelga de julio y la tensión generalizada para ver cómo se encaja la regularización de compañías como Uber y Cabify, los ojos están puestos ahora en una fecha clave, el 14 de septiembre.

Ese día, el Ejecutivo de Pedro Sánchez tiene previsto la celebración de un Consejo de Ministros en el que se abordará la problemática del sector, afectado por la proliferación de licencias VTC por encima de la ratio 1/30. Como medida para poner fin a una huelga que se expandió por todas las capitales del país, el Ministerio de Fomento asumió el compromiso de abordar durante el mes de septiembre un cambio normativo que pasa por ceder a las comunidades autónomas las competencias, y que sean ellas quienes regulen directamente a las VTC. Aunque el Gobierno cumpla con lo prometido, el escenario seguirá siendo enmarañado porque, en lo que atañe a los taxistas malagueños, implica la existencia de un acuerdo previo con la propia Junta de Andalucía. Las señales emitidas hasta ahora por el consejero de Fomento, Felipe López, son las de que no se quieren asumir las competencias si este paso no viene acompañado por una garantía por parte del Estado, y que no suponga, simplemente, pasar la patata caliente a la Junta.

A la espera de que discurran los días hasta el 14 de septiembre, los diferentes responsables de las asociaciones del taxi en Málaga coinciden en calificar el actual ambiente entre los trabajadores de «muy caliente». Especialmente, después de una Feria en la que los taxistas se han sentido «desamparados» por parte del Ayuntamiento, y en la que habría «costado mucho trabajo contener al sector para que no estallara». Todavía no se entiende cómo el Ayuntamiento accedió a la petición por parte de Unauto para señalizar la parada improvisada de las VTC cerca de la Feria.

Así, en mayor o en menor medida, dependiendo de los futuros acontecimientos, el tren de la protesta volverá a las calles de Málaga con la única duda de si se acabará, de nuevo, en una huelga general. El coordinador del Comité del Taxi de Málaga, Jesús Báez, explica así la foto fija del momento: «Ahora mismo, estamos trabajando con varios escenarios posibles. Un éxito sería que el Gobierno cumpliera con lo acordado y la Junta asumiera las competencias. Pero también puede pasar que el Gobierno cumpla, pero la Junta no ofrezca su compromiso de asumir las competencias». En el caso de que pasara lo último, Báez avanza que será «imposible contener al sector» y da por hecho que se volverá a la movilización.

El portavoz de Élite Taxi Costa del Sol, Guillermo Díaz, advierte de que la paciencia entre los taxistas no es ilimitada. «Habrá una toma de contacto previa el 4 de septiembre, pero alguien tiene que ponerle ya el cascabel al gato», insiste. Pase lo que pase, Díaz apenas contempla un escenario sin movilizaciones en Málaga en los próximos días: «Al final, aunque lleguen noticias positivas desde Madrid, somos partidarios de protagonizar algún tipo de movilización. Lo que ha pasado durante la Feria debería tener una respuesta», subraya.

En este preludio hasta el 14 de septiembre, el desencanto y la insatisfacción de los taxistas malagueños no ha hecho más que crecer. La guerra del taxi por defender una actividad regulada se hará notar muy pronto en las carreteras de Málaga.