El Ayuntamiento de Málaga ha concluido esta mañana, gracias al trabajo de los efectivos municipales y la colaboración de los vecinos, el desalojo del edificio de Cabriel 27, dispuesto por Urbanismo tras el incendio que sufrió y una vez que las inspecciones de los técnicos realizadas concluyeron que el inmueble no es apto en sus condiciones actuales para ser habitado al no estar garantizadas las mínimas condiciones de seguridad y salubridad ni el suministro de los servicios urbanos.

La medida fue notificada el 27 de julio por el distrito en una reunión mantenida con las familias que lo habitan. Dado que este edificio no tiene una comunidad de propietarios constituida y, por tanto, no cuenta con seguro, el Ayuntamiento ofreció ayudas directas a través del IMV para cubrir los gastos de desalojo, medida compatible con otras ayudas sociales municipales.

El concejal de Urbanismo, Francisco Pomares, explicó entonces que también se acordó que la empresa contratada por la GMU efectuara obras subsidiarias, por motivos de seguridad y salubridad: limpieza y desinfección de las zonas comunes y de la vivienda desocupada de la planta 13 del edificio de calle Cabriel 27, así como el cierre efectivo de las viviendas desocupadas, que es precisamente lo está realizándose esta mañana una vez concluido el desalojo.

Pomares recordó que el Consistorio está impulsando un proyecto consensuado con los colectivos del barrio de rehabilitación del inmueble para que sea un edificio híbrido de equipamientos y alojamientos públicos. Paralelamente, se está tramitando un procedimiento para iniciar la expropiación del edificio.

Como se recoge en la resolución de julio, en la madrugada del sábado 14 al domingo 15 de julio de 2018 se produjo un incendio en el edificio, localizado en el núcleo de comunicaciones. Dicho incendio fue extinguido esa misma noche por el Real Cuerpo de Bomberos. El día 16 de julio se realizó visita de inspección por los técnicos del Servicio de Conservación, en compañía de los Servicios Operativos del Ayuntamiento, para comprobar el estado del edificio tras el incendio. Asimismo, se recibió un informe complementario por el Servicio de Extinción de Incendios donde se describe la realización de una inspección posterior y desde GMU se efectúa nueva visita.

A consecuencia del incendio se comprobaron una serie de daños e incidencias. Así, se considera que, pese a no existir signos de ruina física inminente, el edificio no reúne las condiciones de seguridad y salubridad mínimas para uso residencial.

El edificio de 13 plantas ya fue completamente desalojado a finales de julio, después de que cuatro personas tuvieran que ser asistidas por inhalar humo. Se produjo en la madrugada del 14 de julio, después de que llamaran hasta 25 residentes del inmueble al 112. El fuego se declaró en el hueco del ascensor y afectó a diversas plantas. Las llamas, según las fuentes consultadas, se multiplicaron al poco de iniciarse el siniestro por la basura acumulada en el hueco del ascensor.