Los padres de Teatinos, que llevan más de 15 años reclamando la construcción de un nuevo instituto en el barrio, temen ahora que sus hijos no puedan ser escolarizados ni siquiera en barracones. Denuncian que a falta de poco más de 10 días para el inicio del curso en Secundaria, la Junta no ha empezado aún los trabajos para nivelar el terreno donde irán estos aulas prefabricadas. Faltarían también las canalizaciones, conexiones y la instalación de los propios módulos, donde tendrán que estudiar 180 alumnos mientras que se acaban las obras del nuevo edificio, cuya primera piedra se puso en enero, y que, pese a haber sido ofertado durante el proceso de escolarización, no podrá inaugurarse, con casi toda probabilidad, hasta septiembre de 2019.

«La desinformación es total», insiste Mar Villanueva, portavoz de la plataforma Prometo, integrada por padres y vecinos de la zona. Las familias terminaron el pasado curso con protestas. «Presentamos reclamaciones que no han sido respondidas aún», recuerda Villanueva, que informa de que durante las vacaciones también se han dirigido al Defensor del Pueblo, exponiéndole la situación de indefensión que dicen padecer.

Critican que la Consejería de Educación les ocultó en su día información al ofrecer la posibilidad de que las familias solicitaran plaza en un centro que no iba a estar terminado. «Nos sentimos engañados», dice la presidenta de Prometo. Además, no entienden el empeño de la Junta por instalar los barracones en la Universidad Laboral, un centro que lleva años masificado, cuando el Ayuntamiento había mostrado su disposición a ceder otras parcelas. «Además, nos intranquiliza que la elegida esté junto al arroyo Teatinos. Es inseguro. Al igual que los accesos. La calle Julio Verne, que conduce hasta el instituto y el colegio Los Olivos está en muy malas condiciones, pero el vial que llevaría a nuestros hijos hasta las prefabricadas está aún peor», asegura Villanueva.

«No han movido ficha», insiste. Reconoce, no obstante, que las obras del nuevo instituto marchan «a buen ritmo, sobre todo desde primavera se le han dado un empujón». Pero no es suficiente para que el centro pueda estar en servicio en el curso escolar que está a punto de comenzar. Y de momento, los padres no tienen claro que los barracones vayan a estar listos para el próximo día 17 de septiembre. «No se informa tampoco de qué manera los niños van a ir a la Universidad Laboral», añade Villanueva, ya que tampoco se ha resuelto el transporte escolar para llevar a los alumnos que viven más lejos, en la zona de El Cónsul o El Romeral, a unos tres kilómetros de distancia de donde darán clases.