El inicio del curso para los universitarios está marcado actualmente por la casi misión imposible que supone encontrar un piso en la ciudad, cerca o lejos de su facultad, pero a un precio asequible y sin una larga lista de requisitos.

Solo hace falta echar una ojeada a los portales inmobiliarios para ser consciente del problema que vive Málaga. Por un piso -recomendado para estudiantes- de tres habitaciones en la zona del Cónsul se llega a pedir hasta 1.350 euros al mes. Y a eso se añade un mes de fianza y un mes más para la inmobiliaria. Es decir, que para entrar a vivir cada inquilino tendrá que desembolsar 1.350 euros. Pero, además, se les exigen ingresos demostrables, entre otras condiciones.

«Me han llegado a pedir tener un contrato de más de 12 meses de antigüedad, cobrar más de 1.500 euros al mes o un aval; además, el aval de mis padres no me servía porque son autónomos», cuenta Noemí Escobar, quien recuerda que cuando empezó la universidad y alquiló piso en 2012 pagaba 200 euros por una habitación en un piso que estaba muy bien ubicado y con el agua incluida. «Siempre se ha pagado por la cercanía», dice, pero el pasado año «no había manera de encontrar nada: lo que no era alquiler vacacional eran pisos con muchos requisitos».

Así que tuvo que irse a vivir, como última opción «porque la otra era la calle», a la zona de la Rosaleda, donde pagaba 320 euros «a una hora y dos autobuses de la universidad». Sus compañeros pagaban 250, pero conforme se fueron yendo del piso, las habitaciones subieron hasta los 300 euros: 1.220 euros costaba el piso completo. Este año «por un golpe de suerte» ha encontrado un piso de tres habitaciones a 750 euros, gastos apartes, que está a 40 minutos andando de su facultad.

Cercanía y precio

Y es que ya no está reñida la cercanía con el precio, sino que la capital al completo está siendo golpeada por unos precios abusivos. Así, también es fácil encontrar en Cruz del Humilladero o Miraflores de los Ángeles pisos para estudiantes de cuatro habitaciones por 1.200 euros. Y, por supuesto, en el centro. «Siempre ha habido zonas mucho más caras que otras, como las zonas céntricas o la zona de El Palo, Parque Clavero o Parque San Antón, pero ahora mismo ha subido prácticamente todo por igual», explica Inmaculada Vegas, una de las socias de la inmobiliaria malagueña Rentacasa, quien asegura que el precio actual para una habitación de estudiantes es de 300 euros «da igual en el sitio que esté; ese es el precio».

Según el último estudio del portal Pisos.com, en Málaga -a fecha de junio de 2018- el precio de los pisos en la capital se ha incrementado un 24,24 por ciento respecto al año anterior. Así, la media de la renta por un piso en la capital es de 1.025 euros.

El director de estudios de Pisos.com, Ferran Font, explica que Málaga mantiene así una tendencia creciente en los precios del alquiler. «Es una cifra de dos números, pero que además supera el 20 por ciento; es un incremento importante», dice, recordando que «no es bueno» que se repitan esas subidas.

Las subidas «que podríamos considerar normales», explica, estarían en torno a un 8 por ciento en España, y Málaga ha alcanzado casi un 25 por ciento. Así, se ha situado como la quinta capital a nivel nacional que más ha subido sus precios interanualmente; y, actualmente, es la octava capital más cara a nivel nacional.

«Lo que está pasando es una completa locura», valora Cristina Mancilla, una joven que dejó su piso en el Centro hace casi un año. El piso tenía tres habitaciones y costaba 550 euros, pero «la casera de un día para otro subió el alquiler de 550 a 825 euros sin gastos. Es decir, ahora cada uno tenía que pagar 275 euros». Mancilla dejó el piso porque decidió hacer un voluntariado, pero ahora que está de vuelta en Málaga se ha encontrado que ese precio que le indignó y le costó una pelea con su arrendadora está por todas partes. Así que sigue buscando, por ahora, sin suerte.

Desde 2006, cuando esta joven empezó la universidad, ha estado alquilando pisos por todas las zonas de Málaga y asegura que, ahora mismo, «es imposible» encontrar piso. «Hay habitaciones muy pequeñas por 260 euros; pisos ideales y económicos que resultan ser una estafa; habitaciones por 300 euros en un piso en un estado para echarse a llorar; pisos decentes pero que te piden requisitos imposibles; y pisos en los que tienes que dar 2.000 euros de golpe entre fianza, inmobiliaria, primer mes y gastos».

#EstudiantesSinTecho

«Son muchas injusticias ante las que el estudiante no puede hacer nada», lamenta el presidente del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Málaga (CEUMA), Miguel Ángel Sánchez, quien indica que otro de los problemas habituales es que el día de antes de firmar o renovar el contrato cambien las condiciones o el precio. Con tan poco tiempo de aviso para los inquilinos, ya que aseguran que se les presiona recordándoles que si no aceptan el alquiler del piso será rápidamente para otro, los estudiantes tienen poco margen de maniobra y se ven obligados a aceptar lo que sea.

Otro de los sucesos más recurrentes en la búsqueda de piso es que se cite a varios grupos de posibles arrendatarios a la vez y, tras ver la vivienda, decirles que será para quien antes lleve tal o cual documento, critica el presidente del Consejo.

Sánchez también explica que en unos cuatro años las habitaciones han pasado de costar 150 euros a 300. «La subida ha sido paulatina, pero constante», añade la socia de Rentacasa. «Son precios de alquileres súper altos que las familias medias no pueden permitirse», incide Sánchez. Sobre los requisitos cada vez más estrictos, el presidente de CEUMA recuerda que «somos estudiantes, no nos pueden exigir contratos, sueldos de 2.000 euros..».

Ante esta «situación insostenible» que está haciendo que los estudiantes incluso «se muden a pueblos cercanos», Sánchez detalla que han lanzado la campaña #EstudiantesSinTecho para dar visibilidad a todas estas situaciones y, sobre todo, a raíz de la estafa a unos estudiantes que pagaron 1.800 euros en concepto de fianza y alquiler. Pero la inmobiliaria a la que habían pagado cerró sin avisar y sin devolverles el dinero. «No es un caso aislado, hay un verdadero problema con la vivienda en Málaga», asegura, detallando que la búsqueda de piso está suponiendo un verdadero quebradero de cabeza para los alumnos de la UMA.

Así, para intentar acabar con estas situaciones a las que se enfrentan los estudiantes, el CEUMA ha creado una comisión sobre la vivienda. En el último pleno propusieron al rector de la Universidad, José Ángel Narváez, construir una nueva residencia pública, ya que solo hay una actualmente y siempre tiene lista de espera. El precio de esta es de 228 euros al mes la habitación individual, y entre 153 y 201 euros la compartida. La respuesta del rector, según Sánchez, fue positiva, pero alertó de que había que estudiar fondo esta posibilidad.

Asimismo, subraya que están trabajando en un bono unificado de transporte para aquellos alumnos que viven lejos de la universidad, pues «el bus tiene descuento, pero el metro no». Además, quieren analizar en profundidad el tema y hablar con el Ayuntamiento, la Diputación o la Universidad para buscar una solución definitiva a toda esta situación que «estresa» a los estudiantes, cuya búsqueda de piso está marcada por la preocupación de si encontrarán una vivienda bien ubicada y cuyo precio que puedan pagar.