La subdelegada del Gobierno en Málaga, María Gámez, confirmó ayer a La Opinión que el Gobierno de Pedro Sánchez levantará un nuevo centro de atención temporal de extranjeros (CATE), tal y como ya se hizo en Motril (Granada) y San Roque (Cádiz). Sin embargo, Gámez no garantizó que las instalaciones se vayan a emplazar en Málaga. Esta medida serviría para atender a los migrantes que llegan a las costas andaluzas durante las primeras 72 horas posteriores a su rescate.

Lo que era a principios de esta semana una posibilidad, ha terminado siendo una realidad, tal y como Gámez señaló: «No es una cuestión de construir o no construir, esa decisión está clara, sino de dónde es más aconsejable levantarlo», precisó. En ese sentido, la subdelegada se pronunció sobre la problemática que plantea la construcción de un CATE en el puerto de Málaga, concretamente, a la altura de la desembocadura del río Guadalmedina, que es donde se pretendía levantar. «No es una zona fácil debido a que tiene mucho suelo adjudicado», destacó.

«Si vemos la posibilidad de hacerlo en otra zona de la costa andaluza que lo permita más fácilmente, lo haremos», anunció la representante del Gobierno central en Málaga. «Creo que, mejor que tener un CATE en cada provincia, es preferible que se levanten donde sea posible y de la mejor forma, es decir, que pueda recibir a los migrantes», matizó.

La decisión de acometer la construcción de este centro satisface la petición del Ayuntamiento de Málaga, que, en voz de Raúl Jiménez, concejal de Derechos Sociales, pedía el acometimiento de esta iniciativa en la capital malagueña al igual que en «Motril y San Roque».

Jiménez se pronunció, también a preguntas de La Opinión, sobre esta cuestión. «Así logramos tres cosas: mejoramos la atención que se presta -hay más comodidad-, devolvemos al pabellón su espacio natural, la actividad deportiva, y harían falta menos efectivos policiales, ya que los pabellones se convierten en comisarías porque éstas no dan abasto», destacó Jiménez, señalando que el polideportivo sirve como «una solución puntual». El edil se refirió así a los polideportivos municipales que se están utilizando este verano para acoger a migrantes.

En este sentido, María Gámez señaló que «estamos contemplando opciones de otros espacios, como colegios en desuso, por ejemplo», ya que, apuntó, «ahora nos encontramos con que el Ayuntamiento nos dice que esos recursos -en referencia a los polideportivos- no están disponibles». «Eso no ha pasado en los años anteriores, fuera verano o no», agregó.Se triplican las llegadas

El debate sobre el lugar más adecuado para atender a los migrantes se abre en un momento en el que se han multiplicado las llegadas. A última hora de la tarde del pasado martes, Salvamento Marítimo trasladó al puerto de Málaga a 122 personas rescatadas de varias pateras. Apenas unos minutos después, se hizo lo propio con otra patera con 90 migrantes. De igual modo, el pasado lunes fueron rescatadas y trasladadas a las instalaciones portuarias otras dos embarcaciones, una con 63 personas y otra con 130. Y hace unos días, el viernes, llegaron otras 276. A este total hay que sumar el rescate de dos personas que pretendían alcanzar la costa malagueña en una moto de agua. Son los casos más recientes de intervención de Salvamento Marítimo en la provincia de Málaga, región que, a fecha de hoy, muestra una recepción de 4.004 inmigrantes.

Los datos son ampliamente superiores a los que arrojó el pasado 2017, cuando, durante el año completo, se registraron 2.320 inmigrantes y 51 pateras. Es decir, en lo que va de 2018 se han rescatado a 1.684 personas más que en 2017 al completo. Estas cifras forman parte de un informe de la Subdelegación del Gobierno en Málaga, una recopilación de datos que tiene como origen el año 2011.

En esta línea, el concejal Raúl Jiménez opinó que esta oleada de llegadas «ha ido muy de la mano de la crisis española y europea», pero igualmente remarcó que «el factor clave en este asunto es que Italia ha prohibido la entrada de migrantes, y era el paso natural de África a Europa, muchísimo más que España». «Ante esta situación y con el tema del Aquarius, el Gobierno español dio la sensación de facilitar la entrada, y así se ha producido un efecto llamada. Si se comparan las cifras de junio de este año con las de 2017, se observa que se triplican», explicó.

Desde Málaga Acoge, su presidenta, Arantxa Triguero, se mostró «en total desacuerdo con que el caso del Aquarius haya provocado un efecto llamada ni que el cierre de fronteras de Italia tenga que ver». «Son dos hechos muy recientes, ya que desde que una persona deja su país y llega a Europa pasa mucho tiempo. Hacen parte del trayecto andando, en tren o en coche, hasta Marruecos, y desde que llegan hasta que saltan la valla pueden pasar años. Nos quedamos con el momento desde que salen de África hasta que llegan, pero antes hay un proceso muy largo».