Más de 1.600 personas sufren al año una sepsis -o septicemia-, una afección médica grave causada por una respuesta inmunitaria abrumadora ante una infección que en algunos casos puede llevar a un shock séptico e incluso a la muerte.

Hoy, con motivo del Día Mundial de la Sepsis, la Sociedad andaluza de medicina intensiva y unidades coronarias (SAMIUC) recuerda que de las 1.600 personas que se ven afectadas por esta afección desconocida, 550 pueden llegar a morir por complicaciones diversas. Una cifra 13 veces superior a los fallecidos, por ejemplo, en accidentes de tráfico y muy superior también a las muertes por cáncer de mama, colon o páncreas. «Los casos de sepsis que se resuelven con éxito están directamente relacionados con la rapidez con los que se instaura tratamiento. De este modo, un reconocimiento precoz de los síntomas y el inicio de un tratamiento adecuado en las primeras horas puede reducir la mortalidad de forma significativa.

Los pacientes tratados de forma adecuada la primera hora sobreviven en un 80% de los casos, reduciéndose hasta el 15-20% a partir de las 12 primeras horas», informó la presidenta de SAMIUC, Carmen de la Fuente. Los síntomas frecuentes de la sepsis son fiebre, escalofríos, respiración y frecuencia cardiaca rápida, dolor muscular, aparición de sarpullidos en la piel, confusión y/o desorientación.