Alerta naranja por partida doble esta tarde en Málaga. Por un lado, la amenaza de una descarga de lluvias como hace tiempo que no se ha visto por la capital. Por otro, el desembarco de Ciudadanos, con su presidente nacional, Albert Rivera, al frente, para protagonizar un encuentro con afiliados y simpatizantes menos de 24 horas después de haber roto lazos con la presidenta de la Junta, Susana Díaz. Ha sido, precisamente, el temor a la lluvia lo que ha obligado a la organización a trasladar el acto a uno de los salones del Hotel Barceló. En un principio, estaba previsto cabalgar en el Paseo de la Farola. Como era de esperar, el lucimiento entre paredes estériles y mobiliario hotelero del que siempre da bien en catálogo no era el que podía haber ofrecido la imagen de un mitin arropado por la imagen de la todopoderosa Farola en ristre. El acto ha supuesto el arranque de la campaña electoral en Andalucía, como era de esperar tras la ruptura entre Ciudadanos (Cs) y el PSOE que se ratificó en la tarde de ayer. Nadie duda de que el respaldo de Rivera al candidato de su partido a las autonómicas, Juan Marín, sea activo a partir de ahora. Un apoyo que se ejecutará, como se ha visto, fiel a su estilo: resaltando a Cs como única y verdadera alternativa de cambio en Andalucía frente a al denostado bipartidismo, respresentado por el PSOE y PP. "Cs es la única esperanza de cambiar Andalucía después de 37 años de lo mismo", ha manifestado sobre la necesidad de alternancia política en el Gobierno de la Junta. Sobre el futuro papel del PP en las inminentes andaluces, no ha ofrecido concesiones: "Ni está ni se le espera".

Frente a un auditorio repleto de cargos nacionales del partido y de sus representantes malagueños, entre ellos, Guillermo Díaz, Juan Cassá, Javier Imbroda e Irene Rivera, el líder nacional de Cs ha justificado en su discurso la ruptura que mantenía su partido con el PSOE durante los últimos tres años y medio, aduciendo a la falta de voluntad de los socialistas para avanzar en las medidas de regeneración democrática que se contemplaban en el acuerdo de investidura. "El PSOE no está dispuesto a eliminar los aforamientos porque le teme a la sentencia de los ERE", ha señalado que Cs "va a acabar con los dedazos y los chiringuitos en Andalucía". Teniendo en cuenta las presuntas zancadillas de última hora de Díaz para no cumplir con lo establecido, Rivera ha respaldado la decisión de soltar amarras con el PSOE, criticando, además, a la actitud de otros socios de Gobierno de Díaz en el pasado: "Lo correcto era hacer lo que ha hecho Juan Marín, para evitar que Cs fuera una comparsa, como lo fue en su día Izquierda Unida".

A pesar de la ruptura abrupta, Rivera ha resaltado que el balance de la legislatura tiene que ser positivo para su partido, presumiendo de logros como la supresión del impuesto de sucesiones, la rebaja de impuestos y la tarifa plana para los autónomos. "Hoy los andaluces valoran nuestro trabajo", ha resaltado, además, la capacidad de su formación para pasar de no tener representación parlamentaria alguna a ser un serio aspirante a gobernar tanto en la Junta como en el resto de municipios de todo el territorio nacional.

Poniendo el primsa en el escenario nacional, Rivera ha censurado con intensidad a Pedro Sánchez, al que ve entregado "a los separatistas y populistas". En este sentido, ha solicitado al presidente del Gobierno que convoque elecciones de manera inmediata porque "no se puede estar en manos de los que quieren liquidar España". En gran parte, el líder de Cs ha responsabilizado tanto al PSOE y a PP de la crisis política en Cataluña, y ha lamentado que se levantara el artículo 155, abogando, de nuevo, por su puesta en marcha.

"El Gobierno de Pedro Sánchez es un chollo para los separatistas porque es un Gobierno débil", ha puntualizado, además, que la supuesta indolencia de Sánchez en Cataluña tiene su fundamento en la fragilidad parlamentaria de sus 84 escaños. Lo que provocaría, según Rivera, políticas fuertemente inclinadas a satisfacer a los políticos soberanistas, hasta el punto de que -cita literal- "Sánchez quiera entregar la justicia a Torra".

El acto también ha servido para que Rivera desglose a grandes rasgos cuáles son los puntos de sus políticas económicas: bajada de impuestos para las clases medias, respaldo sin fisuras a los autónomos y un apoyo frenético a los emprendedores. "El objetivo de un Gobierno no debe ser que no haya ricos, sino que no haya pobreza", ha afeado a Sánchez sus planes por "elevar el gasto público" junto a Pablo Iglesias, según Rivera, "el nuevo ministro de Hacienda del Gobierno". En un vaticinio futuro, el líder de Cs ha lamentado que "vienen nubarrones negros".

Precediendo a Rivera, ha comparecido antes Juan Marín para repasar la labora de su partido en estos tres años y medio y explicar los motivos que le han llevado al divorcio político con Díaz. "Queríamos cambios. Pero los cambios hay que provocarlos. Ponerle todo el corazón para que esta bendita tierra empiece a sonreír. Una tierra de igualdad de oportunidades, respetando todas las ideologías y sensibilidades. Desgraciadamente, Andalucía lleva 37 años gobernada por los mismos. Lo que está pasando estos días es, sencillamente, que este bipartidismo rancio con el que hemos venido luchando no tiene voluntad de cambiar nada", ha resaltado, además de añadir que "el miedo de Díaz a eliminar los aforamientos se debe a los ERE y a la Faffe".

Así, a falta de saber si habrá adelanto electoral o no, se presume una campaña en Andalucía a toda mecha, con una fuerte presencia de Rivera y el resto de líderes nacionales y caras conocidas del partido para apoyar a Marín en las próximas semanas y meses. Un buen resultado en Andalucía serviría, a su vez, para reforzar la imagen de Rivera en la batalla política que se libra a nivel nacional.